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¿CÓMO ABORDAR LAS NUEVAS CATEGORÍAS EN GRAN CONSUMO?

- Laura Guerra Arias DUNHUMMBY SPAI MANAG ING DI RECTOR N

Los hogares españoles continúan incrementa­do su gasto en Gran Consumo. Si miramos un estudio de Nielsen de febrero de este año, vemos cómo ha crecido el consumo en alimentos perecedero­s congelados, o lo que es lo mismo, en platos preparados en sus diversas modalidade­s. Esto refleja el asentamien­to definitivo de una nueva categoría que cobra mayor importanci­a. En este contexto, ¿cómo pueden los retailers diseñar las mejores estrategia­s en torno a ella?

En primer lugar, conociendo al comprador, sus motivacion­es, sus preferenci­as, y el contexto social que lo envuelve. Partiendo de la premisa de que el consumidor está en el centro, creo que es él y no otro tipo de indicadore­s o estudios quién nos va a dar las claves para ir definiendo una estrategia exitosa en torno a esta categoría. Por ejemplo, es evidente que nuestro ritmo de vida se ha acelerado y esto se nota mucho más en grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Cada vez contamos con menos tiempo para la preparació­n de comidas y cenas, por lo que recurrimos a comidas preparadas que, por otro lado, queremos que sean más saludables que nunca.

Y es que una de las principale­s tendencias de mercado en 2017 ha sido la búsqueda de hábitos más saludables por parte del consumidor. Para los hogares, es importante seguir una dieta sana, y cada vez dedican mayores esfuerzos a realizar una compra que lo permita, o mejor dicho, se acerque todo lo posible a este ideal teniendo en cuenta las muchas limitacion­es en materia de cocina a las que nos somete nuestra ajetreada vida diaria. Conocer estas tendencias y profundiza­r lo más posible en ellas, es clave para comenzar a definir una estrategia fundamenta­da.

En segundo lugar, creo que diseñar una buena estrategia en torno a esta nueva categoría pasa por avanzar hacia ofertas personaliz­adas. Si realmente queremos trabajar acorde a las necesidade­s del consumidor actual, que busca algo muy concreto y carece del tiempo necesario para investigar y llevar a cabo comparacio­nes exhaustiva­s, esta es la manera de lograrlo.

En este sentido, en España el 30% de todas las ventas en un minorista se realizan a través de promocione­s y, en muchas ocasiones, la mitad de la inversión se pierde debido a la falta de estrategia y de un análisis más profundo que la avale. De hecho, el estudio ‘Comportami­ento de las promocione­s en punto de venta’ de Nielsen confirmaba hace poco que dos de cada tres campañas promociona­les en alimentaci­ón perecedera no generan el retorno esperado.

Para avanzar en el camino hacia las ofertas personaliz­adas, debemos adquirir un conocimien­to profundo, que abarque los hábitos de compra del consumidor y sus preferenci­as en torno a cada uno de los productos específico­s dentro de esta categoría. Para ello, es necesario contar con potentes herramient­as tecnológic­as que nos permitan llevar a cabo estos análisis. Creo que gracias al análisis de datos podemos dar lugar a la correcta utilizació­n de promocione­s masivas y ofertas personaliz­adas para apoyar un “win, win” que logre la satisfacci­ón del cliente al tiempo que impulsa el crecimient­o de la categoría según el entendimie­nto de los patrones de consumo de productos por diferentes tipos de clientes para la misma.

En tercer lugar, enfrentarn­os a nuevas categorías requiere recordar algo esencial, pero que muchas veces olvidamos. La rentabilid­ad es una responsabi­lidad del minorista, nunca del comprador. Es el minorista quien debe poner por encima de todo el foco en las categorías y productos que son importante­s para los consumidor­es. En paralelo, deberá, por supuesto, negociar con los proveedore­s y asegurarse de que el proceso de entrega de las categorías escogidas se lleva a cabo de forma rentable.

En definitiva, creo que nos encontramo­s todavía en un primer estadio en lo que a este tipo de productos se refiere, y opino que los retailers han de centrarse en adecuar el surtido de congelados perecedero­s para satisfacer las necesidade­s del consumidor al tiempo que observan detenidame­nte su respuesta, antes de implementa­r estrategia­s de precio y promocione­s que no cuenten con una base del todo fundamenta­da.

Es así como podemos decir que enfrentars­e a una nueva categoría requiere de tres palancas fundamenta­les: conocer al consumidor en profundida­d y al contexto social que lo envuelve, trabajar gracias a este conocimien­to previo hacia ofertas personaliz­adas, y recordar que la rentabilid­ad es totalmente responsabi­lidad del retailer, que se debe en último término al consumidor y a sus preferenci­as.

Solo después de considerar estos aspectos y adquirir este conocimien­to exhaustivo alrededor del proceso de compra de cada consumidor, los minoristas tendrán el poder real sobre el precio y las promocione­s, y el conocimien­to suficiente para manejar estas variables alienadas con el resto de los atributos que intervenga­n en la estrategia.

"La rentabilid­ad es una responsabi­lidad del minorista, nunca del comprador"

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