ARAL

Logística: El pull de envases como ejemplo de la economía circular

LOS CAMBIOS EN LOS MODELOS PRODUCTIVO­S ABARCAN TODA LA CADENA DE SUMINISTRO

- María Martínez-Herrera

La economía circular es uno de los conceptos sin los cuales no se entienden los procesos económicos en la actualidad. La necesidad de utilizar correctame­nte los recursos disponible­s, reducir la generación de residuos y reutilizar los materiales que interviene­n en los procesos de producción forma parte del centro de los esfuerzos de las empresas por lograr la sostenibil­idad, que tiene implicacio­nes medio ambientale­s, económicas y sociales.

En nuestro sector, el de la distribuci­ón alimentari­a y de productos de gran consumo, los diferentes actores están desde hace ya tiempo introducie­ndo cambios en los modelos productivo­s que abarcan toda la cadena de sum inistro, -tanto el sector prim ario, com o la industria, y, por supuesto, la distribuci­ón- para avanzar en el modelo de una economía sostenible.

Además de los esfuerzos por reducir el embalaje, por usar el ecodiseño para restringir la cantidad de m aterial utilizado y de optar por el reciclaje -que son las acciones más visibles para el consumidor-, la aplicación de criterios de sostenibil­idad en los procesos logísticos son cruciales para la introducci­ón de la economía circular en la distribuci­ón.

En la logística del supermerca­do un ejemplo claro de economía circular es el llamado pull de envases. Se trata del uso de cajas de plástico reciclado para el transporte y exposición de frutas y verduras, lo que abarca desde el sector primario o la fábrica hasta el supermerca­do. Este sistema de transporte y almacenaje dota a cada caja de plástico reciclado de una vida m edia útil de 5 años y permite a cada una de ellas realizar todo el proceso logístico al completo –del campo o la fábrica a la tienda- unas 13 veces al año. El ahorro de materiales y recursos comparado con el uso de otro tipo de cajas, como las de madera o cartón, alcanza cifras que se cuentan entre 1.000 y 4.000 toneladas al año por enseña y más de 10 millones de envases no reutilizab­les evitados. Si al uso del pull de envases se añaden los palets de plástico reciclado, estas cifras se multiplica­n.

El pull de envases no solo supone un gran ahorro de materiales y recursos sino también un claro ejemplo de colaboraci­ón entre eslabones. Este aspecto es muy importante porque debemos

tener claro que la econom ía circular im plica a todos y, por ello, es esencial trabajar en equipo: sector primario, fabricante­s, distribuci­ón y consumidor­es.

Así, el productor debe reducir al máximo sus residuos y facilitar que su producto genere menos impacto a lo largo de la cadena. En la distribuci­ón también debemos insistir en la reutilizac­ión y el reciclaje en todo el proceso logístico desde el transporte a la tienda. Además, entre todos, tenemos que ayudar al consumidor a entender estos cambios con informació­n de las acciones que llevamos a cabo a lo largo de toda la cadena. El pull de envases también es un ejemplo de logística inversa, con la que se gestiona el retorno de los elementos del proceso hacia la cadena de suministro de la forma más efectiva y económica posible a través de la recuperaci­ón y reciclaje de envases, embalajes y residuos.

El uso de envases reutilizab­les en los procesos en la logística de distribuci­ón es fruto de una inversión sólida y constante en I+D. No podemos pensar en migrar hacia una economía circular sin este elemento de investigac­ión ni sin el concepto de colaboraci­ón entre todas las partes que participan en los procesos. Para alcanzar los objetivos de sostenibil­idad es necesario generar un entorno regulatori­o y empresaria­l que promueva soluciones técnicas viables en el marco de un desarrollo científico y tecnológic­o que piense en mejoras a medio plazo. Esto implica, lógicament­e, evitar las m edidas que solo tengan en cuenta el corto plazo, con una evolución incierta en el tiempo.

En definitiva, el pull de envases es ejem plo de una de las cosas bien hechas en las que la distribuci­ón con base alimentari­a ha sido pionera. Siendo consciente­s de que no hay soluciones únicas y que las herramient­as deben ser flexibles y adaptables a las diferentes circunstan­cias, este proceso logístico recoge dos de las claves de la sostenibil­idad, que son la reutilizac­ión y el reciclado de materiales.

“EL PULL DE ENVASES ES EJEMPLO DE UNA DE LAS COSAS BIEN HECHAS EN LAS QUE LA DISTRIBUCI­ÓN CON BASE ALIMENTARI­A HA SIDO PIONERA”

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