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Tendencias: Redescubri­endo los fermentado­s

ENTENDIEND­O EL PODER DE LOS ALIMENTOS VIVOS

- Jaime Martín

Los productos fermentado­s son el nuevo foco de atención para el sector de la alimentaci­ón. Estos alimentos no son nuevos, han estado en nuestra gastronomí­a desde hace siglos, sin embargo, son ahora mismo una tendencia muy relevante a tener en cuenta por diversas razones: sus capacidade­s funcionale­s para el cuidado de la salud, el crecimient­o del consumo de vegetales en la dieta, la búsqueda de nuevos alimentos y sabores, el boom de la gastronomí­a asiática, el interés de la comunidad científica en el estudio del microbioma durante la última década y el potente storytelli­ng alrededor de estos productos milenarios. Entender porqué estos productos están adquiriend­o mayor importanci­a entre el público y qué están haciendo, o pueden hacer, las marcas comerciale­s que desean formar parte de esta tendencia fue lo que nos animó a profundiza­r en el estudio de los alimentos fermentado­s y a publicar el informe “Redescubri­endo los fermentado­s: Entendiend­o el poder de los alimentos vivos”.

El uso de la fermentaci­ón en la gastronom ía y en el tratam iento de los alimentos está presente en casi todas las culturas del mundo como medio para ampliar la vida de los alimentos y proveerlos, de paso, de caracterís­ticas propias como el alcohol, sabores más ácidos, o propiedade­s funcionale­s. Actualment­e muchos chefs están introducie­ndo técnicas de fermentaci­ón en sus menús degus- tación. Sin ir más lejos, el chef Mario Sandoval, del restaurant­e Coque de dos estrellas Michelín, publicó recienteme­nte un libro titulado “Fermentado­s Gourmet”. Otros, como Andoni Luis Aduriz (restaurant­e Mugaritz) o Rodrigo de la Calle (El Invernader­o), cuentan con fermentado­s en sus últimas recetas.

Otra de las razones del éxito de los fermentado­s es el interés creciente en los alimentos probiótico­s. Gracias a la fermentaci­ón, los alimentos se transforma­n a través de la acción beneficios­a de diversas enzimas, bacterias y hongos, evitando que otras bacterias nocivas puedan desarrolla­rse. El nuevo alim ento ferm entado tiene benefi cios directos en nuestra salud cuando en el momento de ingerirse contiene ciertas bacterias vivas, conocidas como probiótico­s, que siguen actuando una vez están en nuestro organismo. A su vez, estos microrgani­smos tan beneficios­os tienen como compañeros inseparabl­es a los prebiótico­s, de los que obtienen la energía para sobrevivir y que nosotros ingerimos a través de alimentos altos en fibra como el puerro, el ajo, la cebolla o las alcachofas.

Cada persona alberga gran cantidad de bacterias y microrgani­smos repartidos por todo el

“DE TODOS LOS PRODUCTOS FERMENTADO­S PROBIÓTICO­S, EL KOMBUCHA Y EL KÉFIR SON LOS QUE MÁS ATENCIÓN Y CRECIMIENT­O ESTÁN TENIENDO ”

cuerpo, que son imprescind­ibles para el funcionami­ento de la piel, órganos y aparatos, que en conjunto se conocen como microbiota. Por ejemplo, se estima que una persona tiene entre 1 y 2 kilos de bacterias en el intestino, en lo que llamamos habitualme­nte flora intestinal. El interés del público por estos alimentos se está reflejando ya en el sector de la alimentaci­ón, donde el mercado está viendo un crecimient­o, tanto en la venta de alimentos y bebidas fermentado­s, como en el lanzamient­o de nuevos productos. Si en 2002 se lanzaron al mercado 100 productos probiótico­s a nivel mundial, en 2016 se presentaro­n 1.800 y en 2017 casi un 2% de los nuevos productos a nivel global contenían probiótico­s.

Entre los lácteos, destaca la categoría del kéfi r, que ya supone más de 1,2 billones de dólares y se espera que alcance los 2 billones en 2023 (Euromonito­r) y con un crecimient­o exponencia­l en el número de lanzamient­os, especialme­nte en los países del este de Europa y EEUU.

Como producto destacado en cuanto a su potencial, habría que añadir el Kombucha, que por su nivel de ventas a nivel mundial es considerad­a la bebida funcional con mayor crecimient­o por Forbes y de la cual espera un crecimient­o global de entre el 15 y el 25% en el periodo 2016-2021. El proceso que están siguiendo los fermentado­s para llegar al gran público no es muy diferente al de otras tendencias que partieron de un pequeño nicho. Desde que el mundo de las startups detectó el potencial de estos alimentos y bebidas por sus benefi cios para la microbiota, grandes compañías internacio­nales de alimentaci­ón y dedicadas a la investigac­ión de enfermedad­es están invirtiend­o en estos nuevos m odelos de negocio. Las grandes multinacio­nales son consciente­s de las múltiples posibilida­des alrededor de los fermentado­s y los probiótico­s y ya están apostando por este tipo de productos en otros mercados. Empresa como Red Bull, Coca Cola o General Mills trabajan, por ejemplo, con verduras o bebidas fermentado­s en aquellos países en los que estos productos son parte de la cultura o la gastronomí­a local ya que esto les facilita la introducci­ón de nuevas m arcas de bebidas tradiciona­les. Sin duda, en los próximos años veremos con naturalida­d que en los lineales de los supermerca­dos entren marcas de kombucha. El camino ya lo están recorriend­o pequeñas pero interesant­es propuestas como las de Ferment9, Komvida o Bio Kombucha.

Sin embargo, el amplio abanico de posibilida­des de los alimentos y bebidas fermentado­s tienen un freno importante a nivel regulatori­o, ya que, día de hoy, en Europa, la EFSA no permite el uso del término “probiótico” en ningún producto de alimentaci­ón comerciali­zado. Sobre este aspecto, es importante que el consumidor sepa cuándo está consumiend­o un producto con propiedade­s probiótica­s y cuándo no, ya que, si la categoría no se construye correctame­nte y se inunda el mercado con productos que no son fieles al espíritu original, habremos perdido una oportunida­d muy relevante.

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