Aportar valor en ocho minutos
garrafas de agua. El beneficio más relevante para el consumidor es sin duda el ahorro de tiempo y la practicidad. Hoy en día encontrar la forma de repartir nuestro tiempo entre trabajo, familia, ocio y otras aficiones es todo un logro, motivo por el cual es tan importante encontrar una solución que nos permita deshacernos de las tareas menos apetecibles. Pues bien, estas suscripciones responden precisamente a esa necesidad, permitiéndonos ahorrar tiempo en compras repetitivas y cuya experiencia es poco interesante. En este tipo de servicio la clave del éxito es la entrega puntual y la reposición perfecta de artículos. Una entrega tardía o la falta de stock no son aceptables, ya que si el objetivo principal del cliente es optimizar su tiempo éste debe poder confiar plenamente en la marca. De hecho, el objetivo final de la marca debería ser conseguir que el suscriptor se olvide de esta suscripción y que la mercancía llegue a su destino puntual y correctamente. Pero además, el consumidor debe poder ajustar su suscripción adecuándose a sus circunstancias y necesidades: por ejemplo si necesita menos pañales porque su hijo ya es más mayor o necesita aumentar la cantidad de garrafas de agua que recibe. El híbrido perfecto: la cesta de alimentos. La suscripción a una cesta de alimentos semanal es la combinación perfecta entre los dos primeros conceptos. Por un lado, el final de la ardua tarea de comprar en un supermercado lleno de gente para pensar qué producto elegir, y por otro lado la posibilidad de descubrir productos de buena calidad, a veces orgánicos. El ahorro de tiempo, la practicidad, el reabastecimiento, el respeto de las fechas de entrega, así como el efecto sorpresa, la originalidad y la calidad; todos estos criterios son importantes a la hora de elegir este modelo de negocio. Sin duda alguna, el auge de la suscripción a servicios de entrega a domicilio es parte de una tendencia cada día más grande: el fin de la industria y la llegada de una economía de servicios. Sin embargo, uno de los principales desafíos a los que se enfrentan las compañías que se han unido a esta moda, es garantizar la viabilidad de su modelo teniendo en cuenta el coste. ¿Cómo incluir o no el precio de la entrega en el precio de los productos ofrecidos al consumidor? ¿A qué umbral llegar para obtener una rentabilidad de su actividad? Si hay algo 100% seguro en todo esto, es que hoy en día hasta los productos son considerados servicios, y la confianza en la marca es imprescindible para el consumidor.