“SOMOS MUY VULNERABLES ANTE CUALQUIER TIPO DE CAMBIO COYUNTURAL”
EVOLUCIÓN: Las exportaciones siguen batiendo récords, ampliando tanto el número de países destino de nuestras bebidas como el número de categorías exportadas -con crecimientos espectaculares de las marcas de gin españolas- y con las bebidas acogidas a Indicación Geográfica liderando las exportaciones. Los altos estándares de calidad de nuestros productos son muy apreciados fuera de nuestras fronteras, por lo que las exportaciones siguen creciendo por encima de la media europea. El pasado año crecieron un +4%, y se han consolidado como una de las principales fortalezas del sector español de bebidas espirituosas, representando el 40% de la producción total.
En el mercado doméstico, el momento es delicado. Los niveles de consumo interno no han llegado a recuperarse tras la crisis, por lo que somos tremendamente vulnerables a cualquier tipo de cambio coyuntural, como subidas impositivas (que por otra parte se han mostrado agotadas), cambios de tendencias, inestabilidad, etc. Nuestro sector es muy versátil y las marcas son innovadoras demostrando una gran capacidad de adaptarse al mercado. Se viene notando retroceso en el ocio nocturno, pero la restauración organizada sigue en aumento. La noche se acorta y el día se alarga. Con tasas de natalidad negativa y habiéndose reducido la población, el consumo no aumenta y es preciso apostar por un aumento del valor y de la experiencia.
PERSPECTIVAS: En un entorno social y político tan inestable como el que llevamos viviendo los últimos años es difícil hacer una predicción acertada de la evolución del sector. Sobre todo porque nuestro consumidor es extremadamente sensible a los cambios sociales, tendencias e incluso al clima. Si a esto le sumamos otros factores externos como las últimas políticas impositivas de Estados Unidos, que ha decidido imponer aranceles a los licores españoles, el mercado se muestra aún más vulnerable e inestable, por lo que cualquier predicción va a suponer más un anhelo.
Si hablamos de corto plazo, la evolución de los primeros seis meses del 2019 está siendo negativa y podemos decir ya que cerrar el año en positivo es una quimera. A medio plazo, desde FEBE esperamos que el sector muestre números positivos. Volver a las cuotas de consumo pre crisis es algo impensable en el corto plazo, pero reclamar cierta estabilidad que permita a los agentes económicos operar desde la tranquilidad es de justicia.
TENDENCIAS: El consumidor demanda cada vez productos de mayor calidad, pero sobre todo una experiencia de consumo asociada que aporte valor añadido al producto en sí. Este es el éxito de la reciente revolución del gin tonic en España, o de la coctelería. Ofrecer al consumidor un producto cuidado y experiencia premium, con un completo ritual de consumo y una experiencia sensorial completa. Vemos que la sociedad cada vez demanda más información acerca de lo que consume. El consumidor quiere saber de qué están hechas las bebidas espirituosas, sus materias primas, cómo se producen, cómo es el ritual de consumo, con qué maridan, etc.
Nuestro sector se define como una historia de calidad y un mundo de sensaciones. Lo primero por nuestro arraigo y tradición, un cuidado proceso de selección de materias primas y el arte de la destilación con recetas magistrales; y lo segundo por la enorme versatilidad de nuestras categorías, más de 33 variedades de bebidas espirituosas hace que haya una para cada consumidor y para cada momento del día.
En los últimos tiempos, vemos que el consumo de bebidas espirituosas es cada vez más consciente, más informado, más reposado. Esto ha hecho que este consumo avance en los momentos del día. Así, ocho de cada diez ocasiones de consumo de las bebidas espirituosas se dan ya en horario diurno.
RETOS DEL MERCADO: El principal reto externo es la estabilidad política y fiscal. Mientras que internamente nuestro desafío es reforzar nuestra relación con el canal y con el consumidor y seguir presentando productos de altísima calidad capaces de satisfacer sus demandas.
Eso sin olvidar nuestra constante promoción de hábitos responsables en el consumo de nuestros productos.
La ginebra se coloca como la tercera elección, con una representación del 19,83% en volumen, aunque en valor sube a la segunda posición, con el 24,15%. Parece que el ‘efecto gin-tonic’ ha sufrido un parón, ya que tras años de subidas en este último TAM el balance no fue tan halagüeño, con descensos en alimentación (-1,57% en facturación y -2,39% en producción) y en
hostelería (-3,84% en valor y -4,93% en volumen).
Otras bebidas como el ron, con una cuota del 16,17% en valor y del 14,07% en volumen, presentan diferentes resultados según el canal. En alimentación, el ron evolucionó al alza (+1,84% en ventas en valor y +0,46% en producción). En cambio, en los establecimientos hosteleros sus datos bajaron (-4,1% en facturación y -4,43% en producción).
Sin duda, la referencia que mejores resultados ha obtenido para Nielsen fue el tequila, que aún representa una parte muy pequeña de este mercado, obteniendo alzas en alimentación del +12,91% en valor y del +9,37% en volumen y en el canal hostelero, con el +5,99% en ventas y el +1,61% en producción.
Aumenta el gasto, desciende la penetración
El número de compradores de bebidas espirituosas experimentó una bajada del -4,3%, situándose en los 7,9 millones, según
los datos facilitados por la consultora Kantar Worldpanel para el TAM1 de 2019. Sin embargo, estos consumidores realizaron un mayor gasto medio anual en estos productos (43,96 euros, +2,5%) y en el gasto por acto de compra (11,46 euros, +0,8%). Los súper y autoservicios registraron las mayores cuotas en valor en bebidas espirituosas, según refleja el MAPA para el total del consumo en el hogar en su acumulado de enero a diciembre de 2018, con un 47,25%, seguido de los hipermercados, con el 26,14%. En cuanto a ron, whysky y ginebra, los supermercados son la opción favorita para adquirir esta clase de productos, con un 45,46, 47,15 y 38,05%, respectivamente. Resalta la alta cuota registrada por los hipermercados (34,08%) en referencia a la compra de ginebras.
Previsiones inciertas
Las previsiones para este mercado son imprevisibles. Desde FEBE no son muy optimistas y tras un primer semestre de 2019 con datos no muy halagüeños desde la organización indican que “acabar el año en positivo es una quimera”, aunque se espera a medio plazo “volver a crecimientos en el sector”.
Mejores perspectivas son las que muestra la consultora Euromonitor International que prevé para 2019 un incremento del +2,89% en valor, en referencia a sus resultados de 2018, y para 2020 un alza del +5,91%, respecto a 2018.
La auditora vaticina que en este ejercicio la categoría que mejor comportamiento tendrá será la de licores, con un alza en ventas en del +5,74%, y el otro segmento que logrará crecer será el de ginebras y vodkas (+0,44%).
En cuando a descensos, Euromonitor indica que para este año la categoría que más bajará en valor será la de brandy y cognac, con un -1,77%.
Una industria importante para España
El mercado de bebidas espirituosas aporta a la economía española un valor por importe de 7.585 millones de euros (el 0,17% del PIB) y sostiene más de 5.000 empleos directos en nuestro país. Con más de 3.800 centros de producción, el 80% de ellos pymes y micropymes, esta actividad aportó el año pasado al erario público, a través de IVA e IIEE, 1.458 millones de euros, lo que supone, a pesar de que representa solo el 3,6% del consumo total de bebidas con contenidos alcohólico, el 73% de la recaudación por impuestos especiales. Desde FEBE se quejan por la última subida del 10% en los Impuestos Especiales sobre Alcohol y según ellos “no ha logrado los objetivos recaudatorios previstos y además ha tenido implicaciones negativas en la recaudación imputable al sector de bebidas espirituosas de otras figuras impositivas como son el IVA y el Impuesto de Sociedades”. Por ello, la entidad pide, con el objetivo de que las empresas desarrollen con normalidad su actividad “un sistema tributario predecible, que asegurando la transparencia y la lucha contra el fraude beneficie la competitividad de las compañías y su productividad”.