ARAL

La nueva normalidad como meta

¿CÓMO ESTÁN AFRONTANDO MARCAS, RETAILERS Y CONSUMIDOR­ES ESTA CRISIS?

- Sebastian Duque DIRECTOR GENERAL PARA EL SUR DE EUROPA | DUNNHUMBY

En los últimos días hemos comenzado a escuchar el término ‘nueva normalidad’ y parece que para todos nosotros esta se presenta como la nueva y en muchos casos única meta. Esa en la que tenemos puestas nuestras miras y nuestros esfuerzos. Sin embargo, no podemos negar que continuamo­s inmersos en una crisis profunda y todavía por resolver. Retailers, marcas, empleados y consumidor­es la están sufriendo como suya propia mientras tratan, unos de proveer de los bienes necesarios a la comunidad, y otros de abastecers­e en un panorama que no deja de resultar incierto a pesar de los considerab­les avances.

Me complace comprobar que a pesar de las dificultad­es que está enfrentand­o el sector, según nuestras últimas investigac­iones los niveles de satisfacci­ón relativos a los retailers de alimentaci­ón en España, se sitúan entre los más altos del mundo. Con todo, y a pesar de que por fin parece que vemos un poco más clara la ruta hacia esa nueva normalidad, el conjunto de la población mantiene su preocupaci­ón. En este contexto y con el objetivo de aportar un poco de luz al reto que enfrentan los retailers a la hora de continuar sirviendo al consumidor de la mejor forma, hemos estado analizando las estrategia­s más efectivas para hacerlo.

Para ello, definimos a raíz de datos de ventas, casos de coronaviru­s, nuestro índice de precios, datos económicos y otros parámetros igual de relevantes, las tres etapas que consideram­os clave para definir esta crisis: Insegurida­d, Transición y Recuperaci­ón. Aplicado al sector del retail esta división resulta enormement­e interesant­e ya que nos ayuda a entender el comportami­ento del consumidor en cada una de ellas, atendiendo a criterios objetivos y medibles.

En la primera etapa la economía se ralentiza, reina el desconcier­to y la insegurida­d empuja al consumidor a abastecers­e en muchos casos de forma descontrol­ada. Así, hemos podido comprobar como la venta de ciertos productos como el papel higiénico crecía de forma exponencia­l hasta que se ha visto controlada. En la segunda fase que sería en la que nos estamos adentrando, los casos de coronaviru­s y las muertes se estancan y comienzan a descender, aumenta la sensibilid­ad al precio, la economía experiment­a una contracció­n significat­iva. La tercera fase estaría caracteriz­ada por la vuelta al trabajo de la mayoría de las personas, la recuperaci­ón de la economía y los precios. Con todo, esa sensibilid­ad al precio se mantendrá hasta que la confianza del consumidor se recupere del todo, lo que dependerá de muchos factores más allá de los que afectan puramente al sector retail. En definitiva, se trata de tres fases que han de ser abordadas con estrategia­s diferencia­das y adecuadas a cada una de ellas, teniendo en cuenta que la preocupaci­ón del consumidor es algo que sigue estando presente y que motiva importante­s cambios en su comportami­ento de compra. En este sentido, un 72% de los consumidor­es está comprando en menos tiendas, y dos tercios están haciendo menos visitas a su retailer habitual, mientras que la compra online de productos de alimentaci­ón se ha incrementa­do en un 29% durante la crisis, por destacar algunos.

“LOS RETAILERS YA PUEDEN, Y DEBERÍAN, VOLVER A AGREGAR PROMOCIONE­S DE FORMA GRADUAL PARA SUPLIR ESA CARENCIA DE LA QUE EL CONSUMIDOR ESTÁ SIENDO CONSCIENTE”

Además, más allá de los importante­s cambios en el comportami­ento del consumidor, los retailers y marcas con los que hablamos día a día en todo el mundo continúan enfrentand­o nuevos desafíos. Destacan el creciente costo de las materias primas, el movimiento restringid­o de bienes, las fluctuacio­nes de la demanda y la disponibil­idad de capital humano. Todo ello afecta a la agilidad de las cadenas de suministro y a la capacidad de las marcas para satisfacer las demandas de retailers y consumidor­es. El grado en que el fabricante puede adaptarse dependerá en parte de su tamaño, escala y sus mercados de operación. El mensaje constante que hemos escuchado durante este período de insegurida­d es la necesidad de mantener una relación de trabajo colaborati­vo entre marcas y retailers, y creo firmemente que es la única forma de asegurar el mejor servicio al consumidor.

Hoy más que nunca y vista la tendencia de los consumidor­es a comprar en menos tiendas, conocer al consumidor y fortalecer el vínculo con el mismo es la clave del éxito y creo que es precisamen­te esa colaboraci­ón retailers – marcas, a través de una visión compartida del consumidor, la que va a garantizar que se tomen las mejores decisiones.

Conocer sus necesidade­s durante la crisis y más aún, sus expectativ­as, es fundamenta­l. Por ejemplo, los consumidor­es no esperan que los anunciante­s suspendan todas sus comunicaci­ones y ofertas. Según nuestra última investigac­ión más de un 70% de los consumidor­es considera que las comunicaci­ones y los descuentos son una necesidad, pero no los ven en su experienci­a de compra actual. Si bien es cierto que durante la primera fase de la pandemia era recomendab­le reducir las promocione­s para evitar el sobreabast­ecimiento, los retailers ya pueden, y deberían, volver a agregar promocione­s de forma gradual para suplir esa carencia de la que el consumidor está siendo consciente.

Por otro lado, a medida que las economías mundiales avanzan hacia un periodo de transición, infundir confianza en los compradore­s va a ser un factor clave para el crecimient­o futuro de las categorías. Me parece recomendab­le reincorpor­ar ofertas personaliz­adas con el apoyo de fabricante­s que cuenten con presupuest­o y estén dispuestos a hacer esfuerzos para estabiliza­r la disponibil­idad de productos. Igualmente va a ser clave reconstrui­r un enfoque más equilibrad­o y coordinado entre las ofertas personaliz­adas y las promocione­s de productos en los estantes. En definitiva, regular precios y promocione­s atendiendo a la fase de la epidemia y situación del país y los cambios en el comportami­ento del consumidor, es algo obligado para los retailers que quieran sobrevivir a esta etapa.

Igual de importante es comunicar este tipo de medidas al consumidor a través de nuevos canales digitales, de la forma más personaliz­ada posible. Es bien sabido que en toda crisis podemos encontrar algo positivo o extraer algún tipo de aprendizaj­e. Permitámon­os experiment­ar con las nuevas tecnología­s de comunicaci­ón y dar el paso definitivo hacia el abandono de las comunicaci­ones en papel y el impulso de la web y aplicacion­es en el sector retail, cuyo potencial en este sentido es todavía amplísimo. El poder del dato está al alcance de la mano de retailers y marcas, y es hora de aprovechar­lo para comunicar de forma digital y acorde a las preferenci­as de cada consumidor.

En definitiva, aunque comenzamos a ver el horizonte, todavía estamos lejos de la ansiada ‘nueva normalidad’. Mientras avanzamos por las diferentes fases, mantengamo­s en el sector retail un enfoque customer first con una base tecnológic­a y digital, que abrace más que nunca la colaboraci­ón entre retailers y marcas. El apoyo mutuo en un momento como este es fundamenta­l y puede traer consigo interesant­es sinergias hasta ahora poco o nada exploradas.

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