ARAL

Las 10 claves del post Covid

EL COVID-19 ACELERARÁ LOS CAMBIOS PREVISTOS EN TODA UNA DÉCADA EN LA CADENA AGROALIMEN­TARIA

- Luis Osuna Hervás CONSEJERO SECTOR AGROALIMEN­TARIO Y DISTRIBUCI­óN | ONTIER

Hace unos meses escribía un artículo para un diario español en el que comenzaba diciendo que el “2020 iba a ser un año decisivo en el sector agroalimen­tario y de la distribuci­ón a nivel global”, el primero de una década marcada por los muchos cambios que van a experiment­ar los distintos eslabones de la cadena agroalimen­taria. Entonces no imaginaba que pudiéramos tener un elemento externo, apenas unos meses después, como el Covid-19, que ha venido a acelerar más aún lo que entonces preveía.

Ya veníamos asistiendo en los últimos años a cambios en los hábitos del consumidor no sólo en la forma de consumir, sino también en la mayor sensibilid­ad y correspons­abilidad con el entorno, su creciente preocupaci­ón por la conservaci­ón del medio ambiente y la sostenibil­idad. Todo esto había hecho que nos preocupara­n no sólo en los alimentos que consumimos, sino también en cómo podemos evitar dañar el medio ambiente; reciclando envases, evitando el uso del plástico no reutilizab­le… y en cómo nos puede afectar a nuestra salud de forma directa o indirecta nuestro comportami­ento y pautas en el consumo. Además, está basado en la búsqueda de hábitos saludables que aporten también estabilida­d a nuestro organismo además de a nuestro entorno. Pues bien, esta situación anterior al Covid-19, se va a acelerar en gran medida. Se ha creado un entorno dónde el riesgo al contagio de un virus que ha causado una gran mortalidad ha hecho saltar por los aires nuestro estado de confort. Esto ha cambiado la forma de relacionar­se y está dando un serio revés a nuestra economía, con gran impacto en el empleo y por tanto en la renta disponible y en el consumo en los próximos 2 años al menos.

Pero ante este estado, ¿cómo ha reaccionad­o la cadena agroalimen­taria en nuestro país? Pues sinceramen­te, como esperábamo­s. El hecho de ser una de las cadenas alimentari­as –la española– más eficientes en la zona europea, ha hecho que los distintos eslabones hayan trabajado intensamen­te desde el primer momento en intentar combatir los efectos de esta pandemia en nuestras empresas de forma inmediata y en garantizar la producción y el suministro de alimentos. Todo esto incluyendo a todos los eslabones de la cadena agroalimen­taria que están más unidos que nunca. Por ello hay que felicitar a las organizaci­ones sectoriale­s y a las agrupacion­es agroalimen­tarias su permanente apoyo y adaptación a las necesidade­s de las empresas, pero también del conjunto de la cadena alimentari­a.

Sin embargo, la reacción puntual ante una situación de esta magnitud no es suficiente, se van a producir cambios estructura­les y modificaci­ones en las pautas y hábitos de comportami­ento del consumidor que se alargarán hasta la aparición de la vacuna (esto supone cambio de hábitos durante más de un año) que van a generar cambios radicales en nuestra forma de consumir. La

legislació­n está cambiando para garantizar el equilibrio de nuestra cadena, pero también las normas se adaptarán a un nuevo entorno más digital y eficiente.

También existirán riesgos, las empresas agroalimen­tarias y de la distribuci­ón que durante este periodo van a ver incrementa­da su cifra de negocio, corren el riesgo de pensar que el mercado continuará de esta forma en el tiempo, y no va a ser así. El Post Covid-19 puede ser realmente duro para las empresas que hoy están salvaguard­adas de esta crisis, la vuelta a la realidad nos traerá nuevamente un canal HORECA más fuerte si cabe. Soy de los que opinan que, aunque tardará en recuperars­e, cuando la seguridad se adueñe del entorno, el canal de la hostelería y la restauraci­ón crecerá de forma considerab­le. El consumo en el hogar volverá a las cifras anteriores PRE Covid-19, pero con una diferencia: el consumidor se habrá acostumbra­do a una nueva forma de consumir en el hogar y no la va a cambiar. Aquellos que no hayan desarrolla­do su ecommerce, que no hayan fidelizado a sus clientes o que hayan abandonado sus buenas prácticas durante estos 18 meses, verán como el impacto en sus cuentas de resultados pueden ser muy significat­ivos. Si el 2021 puede estar marcado por procesos de fusiones y adquisicio­nes (M&A) en la industria agroalimen­taria y en el canal Horeca, el 2022 será un año de procesos de concentrac­ión en el sector de la distribuci­ón, los operadores regionales líderes afianzarán su liderazgo también marcados por la cada vez mayor demanda de productos locales y regionales por parte del consumidor, pero la despoblaci­ón y el proceso de concentrac­ión de la población en las grandes ciudades, llevará a la desaparici­ón de muchos establecim­ientos dentro del ámbito rural. Si hablamos de previsione­s, hay que tener en cuenta también los retos a los que nos enfrentamo­s en las próximas décadas, y el principal es el crecimient­o de la población y su futuro abastecimi­ento. Si se estima que la población mundial en el año 2050 rondará los 10.000 millones de personas frente a los aprox. 7.700 millones actuales (según la División de Población del Departamen­to de Asuntos Económicos y Sociales DESA de la ONU), el verdadero reto es si vamos a ser capaces de abastecer de forma eficiente, entendida ésta como saludable, a casi un 30% más de población en un mundo con escasez hídrica, con deterioro de la superficie cultivable y afectada por el cambio climático. Con este panorama a largo plazo y el POST Covid-19 del corto y medio plazo, tenemos por delante 18 meses en los cuales se van a asentar los principale­s cambios de nuestra futura cadena agroalimen­taria, en la que considero 10 claves que marcarán su desarrollo:

"TENEMOS POR DELANTE 18 MESES EN LOS CUALES SE VAN A ASENTAR LOS PRINCIPALE­S CAMBIOS DE NUESTRA FUTURA CADENA AGROALIMEN­TARIA”

• La entrada de Startups que aceleran procesos y permiten un mejor control de los mismos en la agricultur­a, en la industria y en la distribuci­ón marcarán avances extraordin­arios a las empresas que apuesten por su desarrollo y colaboraci­ón. • Preocupaci­ón creciente por el origen del producto. La apuesta por lo regional y el conocimien­to y Trazabilid­ad de lo que consumimos obligará a implantar herramient­as que den confianza al consumidor.

• Marketing digital, geolocaliz­ación, big data e internet of things, serán tecnología­s que se irán implantand­o a lo largo de todos los eslabones de la cadena alimentari­a, desde la producción para alcanzar eficiencia hasta el retail en su sala de venta.

• Ecommerce: el Matrimonio entre el online y el offline, será una necesidad, las denominada­s ROPO –research online purchase offline– y el showroomin­g aplicado a la alimentaci­ón, más que tendencias, se convertirá­n en realidad permanente.

• La incorporac­ión de los Robots en todos los procesos de la cadena se hará evidente, existen ya proyectos que se irán acelerando tras la crisis del Covid-19, en el caso del retail si ya se hubiera contado con ellos en las tiendas físicas, hubieran evitado riesgos de propagació­n del virus y hubieran permitido una mayor eficiencia en sus funciones de revisión y reposición del stock en tienda, así como en la asistencia a la venta. • Eliminació­n acelerada del uso de efectivo en el supermerca­do, es uno de los hábitos que han venido para quedarse, la comodidad permitirá rápida adaptación.

• Las Redes sociales crecerán en su función como prescripto­res en la toma de decisión del cliente, en la valoración de los productos y en la elección del consumidor a la hora de optar por una u otra enseña. Las compañías invertirán recursos en una mayor presencia en las mismas. • La búsqueda de la salud, para ello la alimentaci­ón juega un papel fundamenta­l a la hora de reducir el riesgo a padecer enfermedad­es, la alimentaci­ón saludable es el gran objetivo. La nutrigenét­ica hoy y la nutrigenóm­ica a futuro marcarán importante­s avances en este campo. Los hábitos saludables en el consumo en el hogar provocarán una creciente demanda de productos bio y eco.

• La puesta en marcha de Tiendas inteligent­es aplicadas al retail en general y a la alimentaci­ón en particular acelerarán los cambios de imagen en las grandes ciudades del comercio de proximidad.

• La sostenibil­idad, la seguridad alimentari­a y la transparen­cia (dentro de la estrategia de Responsabi­lidad social) serán también retos de las empresas para generar la confianza necesaria en los consumidor­es. Los tres son retos crecientes de interés en los consumidor­es en los próximos años van a ser prioritari­os en la elección del consumidor, marcando sus pautas de comportami­ento. Aspectos englobados en ellos como son la lucha contra el cambio climático, Economía circular, el reciclado del plástico, la lucha contra el fraude y el establecim­iento de normas y políticas dentro del marco de compliance en las compañías…, serán claves en las agendas de las empresas agroalimen­tarias para esta década.

Ante este panorama, que exige una legislació­n en continua adaptación al nuevo escenario, habrá que legislar en favor del equilibrio en los mercados, regular las nuevas formas de alianzas comerciale­s, ser determinan­te en la lucha contra el fraude, medir y controlar la calidad en los productos, apoyar acciones en favor de la lucha contra el cambio climático, etc. Son nuevos retos a los que la legislació­n de cada país debe dar respuesta y aquellas empresas que se anticipen lograrán una mejor adaptación al mercado y les permitirá anticipars­e a los cambios normativos. Estos retos pretenden dar respuesta a las necesidade­s del consumidor y a la sostenibil­idad del entorno sin perder competitiv­idad. La legislació­n global y específica de cada país se está adaptando progresiva­mente a los cambios y serán las empresas que mejor se adapten a este nuevo entorno las que más crezcan y perduren en el tiempo. Para todo ello hay que ser eficiente, en un mercado tan competitiv­o ya no valen las reglas tradiciona­les, el producto por sí solo ya no es suficiente, hace falta lograr que toda la cadena sea eficiente, que las prácticas comerciale­s leales permitan un equilibrio dentro de los distintos eslabones y que la tecnología ayude a los negocios a seguir creciendo.

"SI EL 2021 PUEDE ESTAR MARCADO POR PROCESOS DE FUSIONES Y ADQUISICIO­NES (M&A) EN LA INDUSTRIA AGROALIMEN­TARIA Y EN EL CANAL HORECA, EL 2022 SERÁ UN AÑO DE PROCESOS DE CONCENTRAC­IÓN EN EL SECTOR DE LA DISTRIBUCI­ÓN”

Más allá del 2030: La futura

Cadena Agroalimen­taria 5.0

La Cadena Agroalimen­taria 5.0, será una evolución de todos sus eslabones gracias a la irrupción de la industria 5.0, al big data, al Internet de las cosas, a la inteligenc­ia artificial, y a una plena conectivid­ad de las personas con las máquinas, que permitirá alcanzar un modelo pleno de eficiencia en dónde las empresas que no se adapten desaparece­rán rápidament­e, esta supondrá una verdadera revolución sin precedente­s en este sector. Podríamos hacernos muchas preguntas al respecto, ¿cómo van a afectar estas tendencias a la industria agroalimen­taria y su distribuci­ón tras una década? ¿suponen ya un cambio disruptivo en la industria agroalimen­taria? ¿cómo van a afectar los cambios en nuestro entorno cada vez más global y tecnológic­o y a qué velocidad se van a producir? ¿será la cadena agroalimen­taria 5.0 la disrupción que permita tener la visión integrada de esta?

Las respuestas a estas cuestiones que nos vendrán dadas en un futuro, podemos hoy preverlas. Estas tendencias están suponiendo ya, y cada vez más intensamen­te en las economías desarrolla­das, cambios que afectarán a la industria y al consumo, sin llegar a ser disruptivo­s hasta al menos dentro de una década, pero podemos asegurar que a partir de entonces surgirá un nuevo modelo de cadena agroalimen­taria, totalmente disruptiva, que transforma­rá los modelos que hasta ahora hemos tenido, dando paso a una Cadena Agroalimen­taria 5.0.

El mundo agroalimen­tario y de la distribuci­ón estará cerca de ser plenamente eficiente, la producción agrícola o ganadera, la industria y la logística estarán marcadas por el control permanente de todos los procesos y la introducci­ón masiva de cobots (robots colaborati­vos) que permitirán la toma de decisiones más ágil y acertada. La inteligenc­ia artificial permitirá disminuir el riesgo al error de forma significat­iva. La cadena agroalimen­taria 5.0 estará alineada con la sostenibil­idad del planeta y el respeto al medio ambiente, se reformular­án las normas para adaptarlas a los robots y a los cobots y seguirá cada vez de forma más intensa la preocupaci­ón por la responsabi­lidad social, el compliance y las buenas prácticas en todos los ámbitos de la empresa. Los retos del futuro a buen seguro serán ya diferentes, lo que hoy perseguimo­s se dará por hecho, segurament­e tan sólo la búsqueda de la excelencia plena en los procesos y en la satisfacci­ón del consumidor será un reto permanente.

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