Maykel Flores LA NATURALIDAD DE LA IMPROVISACIÓN
Por Diana Rosa Riesco Fotos Cortesía del entrevistado
Presenciar una actuación de Maykel Flores y su orquesta RB Salsa sin interactuar con su carismática personalidad y contagiosa música es casi imposible. Improvisador por naturaleza, este joven cantante, compositor y director brilla cuando le entrega al público su cubanía. «No estudié música, solo perfeccioné mi técnica como cantante con la ayuda de mi profesora Amelia, a quien agradezco mucho. Mi facilidad para componer es innata, y a veces me da pena revelarme como arreglista porque como soy autodidacta hay quienes dudan de la autenticidad de mis obras. Siento la música, los mambos, los tumbaos, el bajo..., todo en mi mente. Les tarareo melodías a mis músicos y les voy diciendo incluso cómo armonizarlas, después ellos van escribiendo en el pentagrama para luego ejecutarlas. Así tengo más de ciento cincuenta canciones de mi autoría».
Maykel Flores dedica gran parte de su tiempo a componer: «Es una forma de desahogar sentimientos y sueños. Compongo en la mente y raras veces escribo las letras, solo cuando necesito registrarlas; la mayoría las sueño y las guardo en mi teléfono, luego las interpreto de memoria. Es algo que no sé describir, te lo manda Dios.
«Desde pequeño tuve esta pasión por la música; adoraba cantar, pero mi madre, licenciada en Física y Química, quería que me graduara en ciencias, y para complacerla, y porque me gustaba, comencé a estudiar Geografía en la universidad para luego hacerme meteorólogo. Sin embargo, el éxito que tuve en el programa televisivo de participación Súper 12, donde me presenté cantando baladas en dúo con Orlando Quevedo (Pipey), bajo el nombre Destino Elegido, hizo que lo dejara en primer año. Ganamos todos los premios, incluso el de la popularidad, y tuvimos el voto de grandes músicos cubanos como José Luis Cortés, Giraldo Piloto y Moisés Valle (Yumurí)».
«Yo tengo a Benny Moré, Polo Montañez y Barbarito Diez en un altar. Estoy muy lejos de ellos, pero a la vez me siento muy cerca de sus obras, porque intento enriquecer mi música con sus influencias: letras pensadas, cargadas de sentimiento y adaptadas a los nuevos tiempos que me faciliten interactuar con el público, sin perder la esencia de la música cubana. Por eso mi repertorio está permeado de géneros como el son, el bolero, incluso el danzón, y en él lo tradicional y lo contemporáneo confluyen en armonía».
Después de dos años y medio en la orquesta salsera Combinación de La Habana, y de cuatro en la orquesta de Pau-