UN SUEÑO VÍVIDO ROMERÍAS DE MAYO EN LAS CALLES
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o hay dios, de ninguna confesión, que pueda abarcar las Romerías de Mayo. Así, solo me queda brindar testimonio de aquello que pude presenciar, a veces de pasada, entre mil cosas sucediendo al mismo tiempo.
Si la ambición de partida fue grande y el periodo fundacional, en el duro final de los noventa, logró cristalizar un evento de eventos, ahora es difícil encontrar un calificativo para describir las vigésimo cuartas Romerías. Quizás le viene bien el de carnaval cultural. Aunque se desarrollan acciones bajo techo, en patios y azoteas, en instituciones de la cultura y en edificaciones de cualquier tipo, todo el tejido se anuda en calles y plazas, al aire libre.
Usted se topa lo mismo en un callejón, al costado de la floreciente Plaza de La Marqueta, a las tantas de la noche, con un concierto de Gerardo Alfonso, que con la Sinfónica de Holguín interpretando a Los Van Van en el bulevar, con arreglos y dirección de Joaquín Betancourt. Las cuatro esquinas de la ciudad fueron tomadas durante una semana por David Blanco, Habana D'primera, Polito Ibáñez, Zeus, Síntesis, David Álvarez, la música electrónica y un largo etcétera. Algo así como todas las voces, todas. En géneros musicales, estilos, formaciones. Eduardo Sosa conduce cada tarde los diálogos de Destrabando la Trova.
También te sorprenden en las plazas las representaciones del Estudio Teatral Macubá, de Santiago de Cuba; de Garabato o Dador, de Sancti Spíritus; o Teatro D'luz, de Camagüey. D'morón Teatro, de Ciego de Ávila, y Ojos, de Santiago, desplazan a sus estatuas vivientes por el parque Calixto García, en medio de otras muchas acciones performativas desde las artes plásticas o el cruce de varias manifestaciones artísticas.
A mi recuerdo viene Albio Paz sobre Rocinante, figura de Quijote él mismo,