El arte en su viva estampa
Si añeja, mucho mejor, la Feria Estampa vuelve a dar de qué hablar en su XXVI edición. Veterana tanto en el plano nacional como en el cosmos artístico, presenta en estos cuatro días actividades que, aunque sucesivas en el tiempo, siguen atrayendo la participación y opinión de especialistas, galerías y artistas de toda Europa.
Estampa cada vez va haciendo más explícito lo que ya a estas alturas es su gran proeza: un terreno de intercambio continental para el coleccionismo de arte contemporáneo y el galerismo de la nación ibérica. Gracias a su serialidad, y a los múltiples programas de intercambio que por edición acrecientan, ahora serán setenta las galerías que participan, además de otras quince que aguardan en lista de espera.
Con la grata novedad de la colaboración de Ifema —motor impulsor de otras ferias de éxito como Arcomadrid y Arcolisboa—, su recinto ferial acoge a partir de este 18 de septiembre y hasta el domingo 21 un programa general por galerías y otro comisariado a cargo de un comité de coleccionistas privados, comisarios y responsables de compras.
Entre las principales galerías que este año conviven se encuentran las afamadas Juana de Aizpuru (Madrid), Carreras Múgica —la mayor del País Vasco—, Miguel Marcos (Barcelona) y Carlos Carvalho Arte Contemporânea (Lisboa). Todas ellas, junto al resto de las participantes, se sumarán al intercambio previsto en plataformas del tercer Programa Curatorial Estampa 2018, el Programa de Coleccionistas Internacionales, Colecciona Meeting Point y un Programa Internacional de Prensa cuyo fin será concentrar profesionales de los grandes medios europeos.
Se presentan cinco proyectos Solo Projects pertenecientes a artistas de las galerías de José de la Fuente (Santander), Rafel Pérez Hernando (Madrid), ATM (Gijón), F2 (Madrid) y Rosa Santos (Valencia). En el programa comisariado Contraindicaciones, cuatro galerías —Espacio Valverde (Madrid), Isabel Hurley (Málaga), Espaitáctel (Valencia) y Ponce + Robles (Madrid)— mostrarán sus obras.
Uno de los platos fuertes de la Feria y que más estimula la participación del público es siempre el artista invitado, y en esta ocasión la cita es más que dichosa, al ser la gallega Ángela de la Cruz (Premio Nacional de Artes Plásticas 2017). Estampa mostrará en sus predios una exposición exclusiva para la edición. Reconocida por su incesante ironía, la brusquedad y crudeza de sus piezas parecieran plantear una nueva forma de leer a través de la destrucción. Lo mismo colgadas en la pared como colocadas en el suelo, o apoyadas oblicuamente, su creadora desafía las normas pictóricas establecidas a la vez que se autorrefleja en ellas.
Ángela de la Cruz es una artista que vive dentro de su obra, de forma corpórea y conceptual. Sus cajas de aluminio deformes, abolladas, aplastadas (Compressed), coinciden con la alteración sufrida en su propio cuerpo. Sus bolas de lienzo arrugado (Rolls) parece que escondieran un núcleo al tiempo que transmiten la sensación de renuncia.
La creación a través de la destrucción es el sello de esta creadora, cuya expo queda registrada en un catálogo que edita la propia Feria, además de la realización de un foro sobre su trayectoria artística, llena de galardones y nominaciones que la realzan entre los artistas españoles.
Para la que es la segunda feria más antigua del país, que en sus inicios estuvo concentrada en el arte gráfico y hoy, a un año de haber cumplido su cuarto de siglo, tiene el cupo lleno de galerías con obras de todas las técnicas, la meta es siempre crecer en calidad.
«Generar pasión por el coleccionismo privado en España es siempre un reto cuando Estampa se plantea potenciarlo sin desvincularlo de su función social y manteniendo un compromiso de preservación de la cultura a través del mercado». Así lo expresa su director, Chema de Francisco, y así sucede en este recinto ferial.
ART ITSELF
If it is aged, much better. The 15th edition of Estampa Fair is again a rich topic to talk about. A «veteran» both nationally and in the artistic realm, during these four days it presents activities that, although succesive in time, they continue to attract the participation of galleries and artists, and the opinion of specialists from all over Europe.
Estampa makes more and more explicit what at this point is its great feat: a space of continental exchange for the collection of contemporary art and the gallerism of the Iberian nation. Thanks to its seriality and the multiple exchange programs that increase in number, there will now be seventy participating galleries, in addition to other fifteen in the waiting list.
Generating passion for private collecting in Spain is always a challenge, especially when Estampa plans to promote it without dissociating it from its social function and holding a commitment to the preservation of culture through the market. This has been expressed by its director, Chema de Francisco, and this is what happens in this fairground.