YULI: LA IMPRONTA DE CARLOS ACOSTA
Carlos Acosta colecciona algunos de los mayores títulos que pueda ostentar un bailarín en el planeta, mas su éxito y reconocimiento internacional nunca le hicieron olvidar sus orígenes. Así lo demuestra en su autobiografía, No Way Home (Sin mirar atrás), que recién inspiró la realización de una película en torno al extraordinario bailarín cubano.
El filme Yuli, dirigido por la cineasta española Iciar Bollaín, compitió en septiembre en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, España. Ahora recorrerá otros certámenes y eventos, incluido el 40 Festival de Cine de La Habana.
El elenco artístico del largometraje lo encabeza el propio Acosta, junto a los actores cubanos Laura de la Uz, Santiago Alfonso, Yerlín Pérez, Carlos Enrique Almirante y Andrea Doimeadiós, entre otros. La compañía Acosta Danza también participa en la cinta, elaborada sobre un guión del escocés Paul Laverty, dos veces ganador de la Palma de Oro de Cannes y habitual escritor de los filmes de Ken Loach. Para este largometraje en particular, Laverty se basó en el libro autobiográfico del bailarín, aunque la realización no pretende presentar un biopic.
«La película está articulada en torno a la relación de Carlos y su padre, que fue muy fuerte, muy especial. Reflejará la vida del bailarín, pero el eje central será la relación de un padre y un hijo», adelantó Bollaín a Arte por Excelencias.
Un pronóstico se cumplió en la vida de Acosta: el del padre, pues de niño no quería estudiar ballet, y luego, cuando descubrió su pasión por la danza, no imaginó que llegaría a ser uno de los mejores bailarines del mundo. Nunca un mulato había llegado al Olimpo de esa manifestación artística, y con Carlos se rompió el canon de príncipes, duques, en fin… protagonistas de coreografías clásicas europeas concebidas originalmente para intérpretes blancos. De hecho, el largometraje culmina con una escena del bailarín como primer Romeo negro en la historia del Royal Ballet de Londres.
«Los movimientos de Acosta son ingeniosos y delicados, es el prototipo de guerrero y cortesano isabelino», declaró una vez la crítica británica Judith Mackrell, del periódico The Guardian.
Al decir de Iciar, la autobiografía de Acosta en la que se inspira la película es el relato fascinante de un chaval mulato, gamberro y callejero que contra todo pronóstico e incluso contra su propia voluntad al inicio, termina siendo uno de los mayores bailarines del mundo.
Con el presentimiento de que algún día su hijo se convertiría en una personalidad importante, Pedro Acosta bautizó a Carlos con el apodo de Yuli, porque lo consideraba descendiente directo de Ogún, un dios africano, un guerrero.
«La cinta reflejará sucesos que no se encuentran en el libro de Acosta y obviará otros que sí», precisó la directora para subrayar la intención de no reflejar una obra eminentemente biográfica.
De las ocho semanas de filmación que abarcó el rodaje, seis transcurrieron en Cuba, una en España y otra en Londres. El personaje de Acosta en su niñez y adolescencia lo encarnan Edison Manuel Olivera y Keyvin Martínez respectivamente.
Bollaín, reconocida por la Academia de Cine de su país con un Goya en 2003, se planteó un largometraje sobre una personalidad en tres etapas:
niñez, juventud y madurez, esta última interpretada por el propio Acosta, pues ahonda en el presente del director de una compañía propia en La Habana. La dirección de fotografía del filme estuvo a cargo de Álex Catalán y la banda sonora de Alberto Iglesias, en tanto María Rovira creó las coreografías. En la producción del nuevo filme se unieron entidades de España, Francia, Alemania, Reino Unido y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficas (Icaic).
Acosta fue estrella del Royal Ballet de Londres hasta su retiro de los grandes clásicos en 2015, año en el que el Círculo de Críticos de Gran Bretaña le concedió el Premio Nacional de Danza en reconocimiento a sus logros durante toda una vida dedicada a ese arte. En Cuba ostenta el Premio Nacional de Danza, mientras en Reino Unido tiene el título de Sir, concedido en 2014 al recibir la condecoración de Comandante del Imperio Británico.
Carlos prefiere que lo llamen simplemente por su nombre o como Junior, otro sobrenombre impuesto por sus amigos en Cuba, que ahora esperan por el arribo de Yuli a las salas de cine de la Isla.
En la producción del nuevo filme se unieron entidades de España, Francia, Alemania, Reino Unido y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficas (Icaic).