Arte por Excelencias

España despide a Andy Warhol

SEGÚN SUS ORGANIZADO­RES, ESTE HA SIDO EL PROYECTO EXPOSITIVO MÁS AMBICIOSO CONCEBIDO POR EL MUSEO PICASSO MÁLAGA EN SUS QUINCE AÑOS DE HISTORIA.

- Texto y fotos YORDANIS RICARDO PUPO, enviado especial

Tras su paso por el Museo Picasso de Málaga y las Caixa Forum de Madrid y Barcelona, la exposición Warhol. El arte mecánico se despide de España. En los últimos doce meses casi seiscienta­s mil personas han visto la gran retrospect­iva del artista norteameri­cano, organizada por la pinacoteca malagueña en colaboraci­ón con la Obra Social La Caixa.

Según sus organizado­res, este ha sido el proyecto expositivo más ambicioso concebido por el Museo Picasso Málaga en sus quince años de historia. Y las cifras lo avalan: tanto en Madrid como en Barcelona ha sido la muestra más visitada en los últimos cinco años, mientras que en Málaga ha atraído a 110 350 personas.

Warhol. El arte mecánico aborda la compleja producción de Andy Warhol (1928-1987) desde sus inicios en el mundo de la publicidad hasta su coronación como símbolo del pop art. La exposición es un viaje por tres décadas de trabajo febril del artista e incluye casi todos los campos en los que incursionó: carteles publicitar­ios, carátulas de discos, portadas de revistas, películas, pinturas, grabados, esculturas, serigrafía­s, diseños textiles…

Las latas de sopa Campbell’s, la suite de Mao, los retratos de Marilyn Monroe y Elvis Presley o las cajas de Brillo son algunos de sus grandes iconos que han viajado a España desde varias coleccione­s privadas del mundo y de su museo en Pittsburgh, Estados Unidos.

PRODUCCIÓN EN SERIE

En la era de la postguerra, el consumismo era el nuevo patriotism­o en Estados Unidos. Warhol supo transforma­r en arte esta faceta de su país, convirtién­dose él mismo en un producto de la sociedad norteameri­cana de la época, marcada por el consumo masivo y la producción en serie.

De hecho, sus primeros trabajos fueron pinturas de aquellos objetos que la familia norteameri­cana debía adquirir para que la economía del país creciera: aspiradora­s, lavadoras… Y si hay algo auténticam­ente norteameri­cano y, además, producido en serie, es la Cocacola y los billetes de dólar, de ahí que el artista los usara en su iconografí­a del capitalism­o junto a los vales-descuentos que reprodujo en muchos de sus lienzos.

La botella de la popular bebida fue una de sus primeras musas, allá por 1960, quizás por esta reflexión incluida en su libro The Philosophy of Andy Warhol: From A to B and Back Again: «Lo que es genial sobre este país es que Estados Unidos empezó la tradición en la que los consumidor­es más ricos compran esencialme­nte las mismas cosas que los más pobres… Todas las Coca-cola son las mismas y todas las Coca-cola son buenas. Liz Taylor lo sabe, el presidente lo sabe, el mendigo lo sabe y tú lo sabes».

A principio de los sesenta, Andrew Warhola -su verdadero nombre- era uno de los grafistas más solicitado­s y mejor pagados, pero estaba harto de hacer ilustracio­nes para revistas de moda como Harper's Bazaar. Aspiraba a ser «un verdadero artista» y exhibir sus obras en las galerías de Nueva York, donde no solo llegó a exponer, sino que tuvo su propio estudio: The Silver Factory.

De todas formas, su vinculació­n con la prensa no cesó nunca: fue editor de la revista de cine y sociedad Interview (1969) y diseñó algunas de las portadas más importante­s de Vogue y Times, entre ellas la del número dedicado a Michael Jackson. También tuvo, a principios de los ochenta, su propio programa de televisión.

Durante su carrera, Andy Warhol estuvo en contacto con los mejores representa­ntes de la cultura de Estados Unidos y de parte del mundo: diseñó portadas para Mick Jagger, Aretha Franklin, Miguel Bosé y The Velvet Undergroun­d (¡las famosas bananas!). Filmó a Salvador Dalí, Marcel Duchamp y a otros cuatrocien­tos personajes en sus Screen Test. Retrató en modo pop a Elvis Presley, Liz Taylor, Carolina Herrera y Giorgio Armani.

Las primeras exposicion­es del llamado «gurú de la modernidad» fueron en 1962, coincidien­do con sus primeras serigrafía­s de Marilyn Monroe y la serie de latas de sopa Campbell’s, uno de los productos más consumidos por sus coterráneo­s. Se cuenta que su madre se las sirvió como cena durante al menos veinte años.

La imagen de esas latas son quizás la obra de arte más reproducid­a del mundo y la visten jóvenes de todas partes en sudaderas y camisetas, como si de un retrato del Che Guevara se tra-

tara, pero en aquella primera exposición de 1962, en Los Ángeles, solo se vendieron cinco pinturas, a cien dólares cada una. Luego fueron recomprada­s por el galerista a doscientos dólares, y en 1996 la suite completa, treinta y dos latas, fue adquirida por el Moma. La operación se cerró en ¡quince millones!

Otra de sus grandes series presentes en la muestra es la dedicada al líder chino Mao Zedong. Son once cuadros realizados en 1972, tras la visita del presidente Nixon al país asiático, con los que Warhol pretendía convertir «al máximo propagador del comunismo en un producto de consumo para la sociedad capitalist­a».

Para las élites que dictaban la crítica de arte, el entusiasmo que Warhol sentía por la cultura del consumismo resultaba inadmisibl­e. Además, la transgresi­ón de su creación y su discurso desató polémicas sobre el papel del artista y la finalidad del arte. Él mismo decía: «Hacer dinero es arte, y el trabajo es arte, y un buen negocio es el mejor arte».

Sus obras más controvert­idas son, quizás, las Piss paintings. Se trata de unos lienzos -de los que se ha podido ver un ejemplar en los museos españoles- recubierto­s con guesso, a los que añadía pintura al cobre. Cuando la superficie estaba seca, aplicaba orina -suya o de sus colaborado­res-, provocando la oxidación de la pintura y teniendo como resultado diferentes tonalidade­s iridiscent­es, además de aportarle un carácter sensual, muy típico de la personalid­ad del artista.

ADIÓS A WARHOL

Gracias a Warhol. El arte mecánico, las nuevas generacion­es entienden mejor por qué se le considera uno de los artistas más influyente­s del siglo xx. Definitiva­mente, ha sido un gran acierto del Museo Picasso de Málaga organizar esta exposición y hacerla girar por el país: más de medio millón de españoles y turistas de todas partes nos hemos ahorrado el viaje al Museo Andy Warhol de Pensilvani­a para disfrutar de los originales del genio norteameri­cano del por art. Aunque sigamos viendo sus pinturas en las ferias de arte contemporá­neo y en las camisetas de los muchachos.

SPAIN SAYS GOODBYE TO ANDY WARHOL

The Warhol exhibition, after passing by the Picasso Museum in Málaga and the Caixa Forum in Madrid and Barcelona, Mechanical art says goodbye to Spain. In the last twelve months almost sixty thousand people have seen the great retrospect­ive of the North American artist, organized by the Malaga gallery, in collaborat­ion with the Obra Social La Caixa.

According to its organizers, this has been the most ambitious exhibition project conceived by the Picasso Museum in its fifteen-year history. And the figures support it: both in Madrid and Barcelona it has been the most visited exhibition in the last five years; while in Malaga it has attracted 110,350 people.

Warhol. The mechanical art deals with the complex production of Andy Warhol (1928-1987) from his beginnings in the world of advertisin­g until his coronation as a symbol of Pop Art.

EL ENTUSIASMO QUE WARHOL SENTÍA POR LA CULTURA DEL CONSUMISMO RESULTABA INADMISIBL­E.

 ??  ?? Retrato de Mao Zedong, 1972.
Retrato de Mao Zedong, 1972.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain