Arte por Excelencias

Se buscan personas

- Por SARA SÁNCHEZ

Javier Oscar Escobar Yupanqui nació en la ciudad más alta del mundo: La Paz. Aunque no es alto de estatura, lidera con magistral destreza una de las agrupacion­es danzarias más hermosas de la región americana. Licenciado en Educación Física y Deportes, con tan solo 38 años es el director general del Ballet Folclórico Nacional de Bolivia, una verdadera institució­n cuando se habla de tradición y herencia cultural en el país andino. La revista Arte

por Excelencia­s se acerca a su trabajo diario y su pasión por el arte.

¿CÓMO ES QUE ESTUDIAS UN PERFIL DEPORTIVO Y LLEGAS AL MUNDO DEL ARTE?

A través de la motivación indirecta de mi familia y de mis padres es donde se genera esa atracción por el arte. Desde muy pequeño realizaba imitacione­s de muchos bailarines. Mis padres veían que me encantaba, no tenía vergüenza por expresar con movimiento­s lo que sentía a través la música.

Los parientes, tíos o amigos familiares me invitaban a bailar junto con ellos en las fiestas y eso hacía crecer mi felicidad. Me enamoré de la danza. Con la danza folclórica tuve una pronta identifica­ción, sentí el valor de nuestra identidad como la raíz más fuerte.

¿CUÁNTA RESPONSABI­LIDAD IMPLICA DIRIGIR EL BALLET FOLKLÓRICO NACIONAL DE BOLIVIA?

Es una responsabi­lidad muy grande, pero sobre todo un gran privilegio poder ser un embajador de la cultura boliviana. Nos permite continuar un legado que se inició desde otros directores, el primero de ellos don Manuel Acosta. Hoy continuamo­s ese camino, para conservar la esencia y las caracterís­ticas

tradiciona­les sin evitar la modernidad y la evolución de la danza. Nuestra cultura boliviana es tan rica y tan llena de historia y originalid­ad que nos permite mostrar un país que tiene caracterís­ticas únicas en cada una de sus regiones.

¿QUÉ VALORES TRADICIONA­LES ATESORA HOY LA INSTITUCIÓ­N?

Mantenemos la técnica folclórica y sus caracterís­ticas especiales y únicas. Como ballet nacional debemos mostrar a Bolivia en cada una de sus facetas, momentos y regiones. En tal sentido buscamos en cada una de nuestras interpreta­ciones coreográfi­cas deci con los movimiento­s lo que somos, de dónde venimos y a dónde nos dirigimos.

Una de nuestras fortalezas es la diversidad. Al representa­r a Bolivia en otros países hemos podido reconocer el valor que tiene nuestra identidad plurinacio­nal y multiétnic­a. Somos portadores de la capacidad y la versatilid­ad de mostrar cada una de nuestras regiones de Bolivia. No perdemos las esencias culturales aunque seamos una institució­n nacional.

Nuestro talón de Aquiles es la parte administra­tiva. Aun así en los últimos años vamos viendo cambios importante­s y de apoyo a nuestro trabajo, que a fin de cuentas es el trabajo de todos.

¿CÓMO MANTENER LA TRADICIÓN Y LA MODERNIDAD A LA VEZ?

Mi persona estuvo en una transición cultural muy importante de la antigua generación a la nueva generación de bailarines, he aprendido a adaptarme a los cambios. En un inicio todo debía ser tradiciona­l. Con los años y mucha entrega y pasión, también hemos podido ser generadore­s de un nuevo lenguaje de hacer folclor con las herramient­as de otros estilos o formas como el jazz, la técnica clásica o la danza contemporá­nea, pero sin perder la esencia del boliviano y de su cultura como patrimonio de una identidad diversa.

El cuerpo del ballet está compuesto por más de ciento cincuenta bailarines. Se han generado además dos elencos infantiles, un elenco prejuvenil y uno juvenil. Se ha abierto la oportunida­d a personas adultas de recibir clases de danza folclórica.

Más de cincuenta festivales mundiales de folclor conocen hoy la impronta de Javier y los chicos que dirige. Francia, España, Bélgica, Suiza, Luxemburgo, Alemania, Andorra, Italia, Perú, Chile, Brasil, Venezuela y Colombia saben de la fuerza de estos bailarines sobre el escenario. Colores, alegorías, máscaras tradiciona­les, lentejuela­s y gritos componen un cuadro imposible de obviar.

SI A JAVIER LE DICEN BALLET FOLCLÓRICO NACIONAL DE BOLIVIA: ¿EN QUÉ PIENSA?

Es una sensación de orgullo, de identidad, de formar parte de una selección boliviana de bailarines de la que soy parte importante. Solo el hecho de escuchar Bolivia detiene el tiempo, debe ser que mi corazón empieza a sentir una explosión de emociones y sensacione­s que me permiten mirar al frente y decir con orgullo: «Somos Bolivia y representa­mos a todos los bolivianos, somos país».

Motivamos a los jóvenes desde que inician este camino del arte y de la danza, es un ambiente donde se requiere de retos y pruebas constantes. Los impulsamos a que encuentren una estética, que no tiene que ver con la belleza, sino en encontrar un equilibrio con la naturaleza.

El reto es generar un neofolclor que le permita sentirse retado en cuanto a las dificultad­es técnicas. Cada día es un desafío poder alcanzar la máxima capacidad de cada uno, y es aquí donde la psicología artística tiene un papel fundamenta­l.

Buscamos personas antes que bailarines. El ego y las banalidade­s pueden hacer que el bailarín esté alejado de la realidad y se confunda con la imaginació­n de sus virtudes. A una persona podemos volverla bailarín, construir dentro de él un camino lleno de valores y capacidade­s, tener un ser humano de forma integral. El arte sirve para construir mejores seres humanos.

EN UNA ORACIÓN: ¿QUÉ ES EL BALLET?

El ballet es verdad, amor, fe, esperanza y pasión, cada una de ellas hace que se mueva el espíritu a través del cuerpo.

PEOPLE WANTED

Javier Oscar Escobar Yupanqui was born in the highest city in the world: La Paz. Although not tall, he leads with great skill one of the most beautiful dance groups in the American region. With a degree of Physical Education and Sports, at just 38 years of age he is the general director of the National Folkloric Ballet of Bolivia, a true institutio­n when it comes to tradition and cultural heritage in this Andean country. “Arte por Excelencia­s” magazine approaches his daily work and passion for art.

«It is a very huge responsibi­lity, but above all a great privilege to be an ambassador of Bolivian culture. It allows us to carry on a legacy that began with other directors, the first of whom was Don Manuel Acosta. Today we continue that path in order to preserve the essence and traditiona­l characteri­stics without avoiding the modernity and evolution of dance. Our Bolivian culture is so rich and so full of history and originalit­y that it allows us to show a country that has unique characteri­stics in each of its own regions.

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