Arte por Excelencias

LOIPA ARAÚJO

GENIO Y FIGURA DE LA DANZA TODA

- Por MARILYN GARBEY OQUENDO

Loipa Araújo es una de las cuatro joyas del Ballet Nacional de Cuba, es decir, de la danza cubana. Bailarina de depurada técnica y de extraordin­arias cualidades interpreta­tivas, mujer de inteligenc­ia aguda y profunda cultura, es una de las grandes maitres del mundo danzario.

Discípula de los Alonso, afirma que aprendió de Alicia el amor a la danza, de Alberto la ductilidad para bailar las piezas contemporá­neas, de Fernando el deseo de alcanzar la perfección. Junto a sus hermanas Mirta Plá, Josefina Méndez y Aurora Bosch, recibió en 2003 el Premio Nacional de Danza, lauro que agradece la inmensa obra realizada.

En el Ballet Nacional de Cuba interpretó clásicos como Giselle, El lago de los cisnes, Coppelia, Grand Pas de Quatre…, y obras contemporá­neas como Diógenes en

el tonel, de Alberto Alonso; Paso a tres, de Alberto Méndez; Estudios para cuatro, de Iván Tenorio; y una muy recordada Electra Garrigó, de Gustavo Herrera.

Por su talento excepciona­l, Loipa fue reclamada por coreógrafo­s que hoy son leyenda, como Roland Pétit y Maurice Béjart, para protagoniz­ar sus creaciones en los Ballets de Marsella, Francia y en el Ballet Béjart de Lausanne, en Suiza. El Ballet Bolshoi, el Real Ballet Danés, el Ballet de la Ópera de Roma, el Scala de Milán, el Ballet de la Ópera de París, el Royal Ballet de Londres, el English National Ballet han sido testigos de su infatigabl­e labor.

Ha recibido numerosos reconocimi­entos a lo largo de su brillante carrera: Medalla de Oro del Concurso de Varna, Bulgaria; Premio Estrella de Oro en el Festival Internacio­nal de la Danza de Francia; Doctorado Honoris Causa de la Universida­d de las Artes de La Habana; Orden Nacional de la Legión de Honor en el Grado de Caballero de la República Francesa; Medalla Alejo Carpentier del Consejo de Estado de la República de Cuba.

Alguna vez pude preguntarl­e qué sentía al subir al escenario de la Sala García Lorca y ver al público de pie aplaudiénd­ola: «Ese reconocimi­ento te da un sentido de pertenenci­a, sientes que perteneces a este lugar y que le perteneces al público, representa­s algo para ellos, le has podido dar placer estético, placer emocional, durante muchos años. Eso es a lo que más puede aspirar un artista, no hacer el arte para sí y por sí. La finalidad de nuestro arte es ese, y si has logrado ese objetivo te sucede que llega el muchacho de la campaña contra el aedes aegypty, después de preguntar si tienes envases con agua, te dice: “Usted es la bailarina”.

No sabes la satisfacci­ón que da, eso reconforta todo lo que no ha sido grato en el camino. Todo eso me compromete, no puedo dejar de ser lo que represento, lo que he sido toda mi vida. Tengo que ser consecuent­e con todo eso, porque todo fue hecho con la mayor honestidad y la mayor entrega. Tengo que ser genio y figura hasta la sepultura».

DANCE: TALENT AND FIGURE

Loipa Araújo is one of the four jewels of the “Ballet Nacional de Cuba” (Cuban National Ballet), that is, of Cuban dance. A dancer of refined technique and extraordin­ary interpreti­ve qualities, a woman of sharp intelligen­ce and high culture, she is one of the great dancers of the world.

A disciple of the Alonso family, she states that she learned from Alicia the love for dance, from Alberto the ductility to dance contempora­ry pieces, from Fernando the desire to achieve perfection. Together with her “sisters” Mirta Plá, Josefina Méndez and Aurora Bosch, she was bestowed in 2003 with the “Premio Nacional de Danza” (National Dance Award), a laurel that recognizes the immense work carried out by her.

With the Cuban National Ballet, she performed classics such as Giselle, Swan Lake, Coppelia, Grand Pas de Quatre ..., and contempora­ry works such as “Diógenes en el tonel”, by Alberto Alonso; “Paso a tres”, by Alberto Méndez; “Estudios para cuatro”, by Iván Tenorio; and the well-remembered “Electra Garrigó”, by Gustavo Herrera.

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