CELIA LA DE PILÓN
Celia la de Pilón, desde su pura niñez amó las flores de su tierra, quiso ser una orquídea de la Sierra y fue modestia, sencillez, ternura. Estrella que alumbró la noche oscura, en los días sangrientos de la guerra, no es un silencio que el sepulcro encierra sino una idea viva que fulgura. Por sembrar sus orquídeas clandestinas el sacrificio coronó de espinas en la llanura, su cabeza indiana. Pero por endulzar graves dolores, en su tumba de dulce capitana todos los días amanecen flores.