La escena frente a la pandemia
El 2020 ha sido un año tremendo para las artes escénicas. La pandemia provocada por la Covid-19 ha dejado duras secuelas para el mundo, y obligó al cierre de los teatros. La necesidad de establecer la distancia física para preservar la salud exigió desplegar la imaginación creadora buscando mantener el contacto con el público. Las redes sociales se convirtieron en escenarios teatrales virtuales, espacios de interacción y de intercambios.
Teatro Tuyo, de Las Tunas, bajo la dirección de Ernesto Parra fue de los primeros en apropiarse del ciberespacio. Payasos a domicilio convocó a niños y padres, llevando un mensaje de esperanza, y para la televisión crearon La casa de Papote. La temporada en la sala del grupo de la obra Charivari, tras la reapertura de la ciudad oriental, se ha convertido en un suceso de público.
Teatro de las Estaciones desplegó numerosas acciones cuyo impacto perdurará por largo tiempo. Rubén Darío Salazar y Zenén Calero recibieron el Premio Nacional de Teatro 2020 en plenitud creativa.
Ellos son los autores de la serie Los títeres del mundo, recorrido por las tradiciones titiriteras del planeta, que puede verse en las redes sociales y en la televisión. También de Corazón feliz, programa que trae de vuelta a la pantalla doméstica las canciones clásicas para niños.
Durante los días de encierro, la televisión retomó el espacio del teatro para estrenar 6 obras producidas entre el CNAE y el ICRT. En privado con la reina, montaje de Jorge Mederos e interpretado por Mayra Mazorra, fue muy bien acogido. La mirada a la biografía de Celeste Mendoza, figura relevante de la música cubana, fue seleccionada para el Festival Virtual Internacional de Teatro Estación México 2020.
El Guiñol de Guantánamo celebró 50 años durante la cuarentena, para celebrarlo desarrollaron una singular estrategia: enseñar a diseñar y construir títeres a través de las plataformas digitales. El Estudio Teatral Macubá organizó, como parte del programa del Festival del Caribe, el encuentro El teatro popular en tiempos de pandemia, en coordinación con el Taller de Teatro Popular del Caribe, en el cual confluyeron teatristas de toda la región.