Arte por Excelencias

Danza en días de Covid 19

- Por MARILYN GARBEY OQUENDO

Para la danza toda, el efecto de la pandemia ha sido muy duro. La danza reclama cuerpos entrenados, capaces de desplegar extrema fisicalida­d en escena. Los bailarines debieron prepararse en casa, y crearon las condicione­s para evitar lesiones.

Facebook fue el espacio para repasar la historia del Conjunto Folclórico Nacional. El maestro Alfredo O’farrill, quien fuera protagonis­ta de grandes momentos de la agrupación, compartió en su muro la biografía de sus integrante­s, gran aporte porque es tarea pendiente el registro de la trayectori­a de la danza folclórica cubana. Con idéntico objetivo laboró Ernesto Llewelyn, director del Ballet Folclórico Babul, de Guantánamo, quienes se distinguen por teatraliza­r las danzas tradiciona­les del oriente del país.

Acosta Danza arribó a sus primeros cinco años de trabajo con la noticia de que su director, Carlos Acosta recibía el codiciado Premio Dance Magazine. Lizt Alfonso ocupó las redes con mensajes solidarios y fragmentos de obras que fueron muy bien acogidas en los teatros. Leiván García, Primer Bailarín del Conjunto Folclórico Nacional, estrenó en Facebook una coreografí­a a la memoria del Caballero de la Rumba Miguel Ángel Mesa Cruz. Danza Contemporá­nea de Cuba compartió en la televisión las clases de la técnica cubana de danza moderna, con la que se han formado bailarines de alto nivel técnico e interpreta­tivo.

En plena pandemia alegró saber que el afamado Premio Positano de la Danza Leónide Massine 2020, de Italia, reconocía a la Escuela Cubana de Ballet al distinguir en su selecta nómina a Viensayg Valdés y a Alejandro Virelles, al tiempo que festejaba el centenario de la gran Alicia Alonso. El maestro Johannes García, director de la Compañía de Danzas Tradiciona­les de Cuba JJ, quien fuera Primer Bailarín del Conjunto Folclórico Nacional, se acreditó el Premio Nacional de Danza 2020.

El teatro y la danza encuentran su definición exacta en el contacto con los espectador­es, son artes que alcanzan su sentido en el calor del diálogo humano. La pandemia impide el contacto físico. Los teatristas, bailarines, artistas circenses, cantantes líricos se vieron imposibili­tados de acudir a los salones de ensayo. En tan dura circunstan­cia fueron respaldado­s por el Estado, que mantuvo los salarios y protegió a los más vulnerable­s.

Numerosas son las muestras de solidarida­d de teatristas y danzantes con los más necesitado­s, con quienes viven en condicione­s precarias, con el personal de la salud. Los actores de La isla

en la maleta promueven mensajes de salud para los niños a través del dibujo animado Tito, reacciona. Teatro de la palabra narra cuentos en su canal de Youtube. Danza Espiral y el Mirón Cubano se presentan en los barrios más alejados del centro de Matanzas.

Al reabrirse las salas, siguiendo estrictos protocolos de seguridad e higiene, se ha producido un respaldo extraordin­ario del público a sus artistas. En Camagüey , por ejemplo, Teatro del Viento estrenó To Ta Bien, escrito y dirigido por Freddys Núñez y de inmediato se agotaron las entradas.

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