Del Moral y Nacho le dan la vuelta al gol de Muñoz
Los aragoneses siguen sin saber cómo ganar a domicilio
E l Numancia volvió a sumar tres nuevos puntos ante un Real Zaragoza sin ideas y que todavía no sabe lo que es ganar a domicilio en la presente temporada. Desde el primer minuto se vio que la intención clara del Real Zaragoza era buscar el hueco que había entre los dos centrales locales, Regalón y Callens, de tal forma que eso provocó que Munir actuara como un líbero saliendo a balones adelantados. El Numancia demostró, nuevamente, que sabe jugar al fútbol, tocando, sin prisas y buscando su oportunidad, si bien algún error en la entrega del balón pudo provocarle disgustos debido a las contras de los de Milla. Las ocasiones locales fueron remates de Nacho o Íñigo Pérez que no terminaron de ver puerta, con la excepción de un libre directo de Julio Álvarez que paró en dos tiempos Irureta.
Mientras tantos los zaragozanos buscaban constantemente la velocidad de Ángel al cual ayudaba en labores ofensivas Lanzarote. En una de ellas, Regalón tuvo que saltar lo suficiente para quitarle el balón a Ángel cuando estaba solo para rematar. Y, entonces, llegó el gol. Tras un córner y una serie de pequeños rechaces, el balón llegó a Juan Muñoz, quien se encontró en el área pequeña con el esférico y su disparo cruzado fue imposible para Munir. El Numancia se volcó, entonces, sobre la portería rival, y cuando el colegiado estaba a punto de pitar el descanso, un balón puesto de manera perfecta por Julio Álvarez sirvió para que Manu del Moral tocara lo justo de cabeza y marcara. Definitivo. En la reanudación el Numancia volvió a ver portería. Con el equipo de Arrasate volcado en ataque y los aragoneses sin tener ideas claras ni capacidad ofensiva, vieron como los sorianos remontaban el marcador. Julio Álvarez, siempre él, cedió atrás y desde casi el pico del área derecho Nacho lanzó un obús que Irureta sólo pudo acompañar con la mirada.
Mientras los locales estaban cómodos sobre el césped con el 2-1, el equipo de Milla no sabía cómo acercarse a la portería rival con peligro. Y es que las pocas ocasiones eran siempre centros desde la banda con Munir como protagonista al salir por alto y desbaratar las acciones. Varios centros de Mateu y de Nacho tuvieron algo de mordiente pero sin llegar a más. Comenzaron las rotaciones en el verde, pero la tónica del partido era la misma: un Numancia que quería y podía y un Real Zaragoza que se limitaba a defender las acciones contrarias a sus intereses.