La suerte persigue a Gabriel

La llegada de Gabriel a Leganés fue confusa. Cuenta que tuvo que buscar en Google la ubicación de su nueva ciudad. Por Turín, en la Juve, nadie acertaba a explicarle qué era eso de Butarque y no sé qué de unos pepinos. Afortunadamente Gabriel siempre cae de pie. La suerte le persigue. Su calidad y sacrificio hacen el resto. Quiso ella, la suerte, que uno de los primeros partidos de Ronaldinho en su retorno a Brasil fuera contra el Resende de nuestro protagonista. Entonces el ahora mediapunta ejercía de pivote defensivo y secó al Gaucho como pocos. Media Italia vio aquel partido.

También lo vio el jefe de ojeadores de la Juventus. Un par de meses después, Gabriel ya era bianconero. Quiso también ella, la suerte, que el Leganés se cruzara en su camino cuando no le tocaba. Garitano en realidad perseguía a Erik Morán, un joven del Athletic que jugó cedido en el Lega entre enero y junio de 2015. El chaval finalmente se decidió por el Zaragoza. La secretaría técnica ofreció como alternativa a Gabriel. Dos vídeos más tarde, su nuevo entrenador lo tuvo claro: “Le quiero”.

Debutó de blanquiazul una destemplada mañana de agosto en un triangular y contra el Atlético. Aquel equipo aún en Segunda ganó a los del Cholo. Gabriel marcó el tanto del triunfo igual que suyo fue el primer gol del Lega como local en Primera, frente al grandioso Barça. La siguiente parada de su carrera será el Bernabéu. Yo de ustedes anotaría su nombre, no vaya a ser que la líe de nuevo. Ya saben: la suerte, lo persigue.