Once minutos de locura y un querer y no poder
Ambos equipos pudieron acabar ganando el partido
El Girona sigue invicto en casa pero no pudo doblegar a un Tenerife muy aplicado que quizás hubiera podido aspirar a alguna cosa más que un punto si no hubiera encajado el empate tan pronto. Amath puso el partido patas arriba nada más empezar (2’) culminando una acción por la derecha en la que combinó con Suso Santana y Ramalho igualó poco después (11’) con un testarazo ajustado tras un servicio lejano de falta de Granell.
Fue un arranque prometedor y lo que vino después tampoco decepcionó a pesar de que no hubo efectividad. Pero, en general, a los locales les faltó mecha y a los visitantes algo de atrevimiento y precisión.
El Girona, con un Pere Pons omnipresente en la recuperación, con los desplazamientos en largo de Granell y la capacidad de asociación entre Portu y Borja García puso cerco a la meta de Dani Hernández pero el Tenerife se protegió bien por dentro y por fuera.
Lo más cerca del gol que estuvo el Girona fue con dos disparos lejanos de Granell. El primero (33’) lo desvió Dani Hernández y el segundo (40’) pegó en el larguero.
El Tenerife acabó el primer acto muy atrincherado pero arrancó el segundo con mucha más intención ofensiva y Alex García habría podido volver a poner al conjunto isleño por delante con un trallazo que pegó en el larguero y botó en la línea (49’).
El Girona no se asustó y siguió empujando, a veces, hasta temerariamente, dejando muchos metros a las espaldas de Ramalho, Alcalá y Alcaraz, de quien se buscó la espalda con mucha insistencia para ver como se manejaba un centrocampista actuando de central.
En un córner (69’), Ramalho estuvo a punto de hacer el doblete pero Dani Hernández repelió su disparo con la derecha.
Los últimos minutos fueron algo broncos por las prisas del Girona, las constantes interrupciones visitantes.
Resumen A los locales les faltó mecha y al Tenerife, atrevimiento y precisión