Leganés: de la quiebra a un presupuesto de 45 M€
En 2010 tenía una deuda de 800.000 euros
El salto del Leganés a la élite no es sólo un milagro deportivo, sino también un milagro de corte económico y social. En diciembre de 2008 era un club al borde de la quiebra. Su plantilla había protagonizado varios actos de protesta por impagos. Muchos jugadores dudaban sobre ir o no a los entrenamientos. Necesitaban el dinero de la gasolina para dar de comer a su familia. En ésas apareció el matrimonio Moreno Pavón. De la mano de Felipe, máximo accionista, y de Victoria, la presidenta, se recuperaron las constantes vitales.
La compra de la entidad se firmó el día de Nochebuena de ese mismo año. La metáfora de la fecha es impecable. Su primera temporada y media al frente del Leganés fue continuista. Sólo inyectaron el capital necesario para evitar la tragedia. Tres millones de euros para ser exactos. Un dinero que, confiesan, aún no han recuperado ni con el ascenso a Primera. Pese a ello, el 2010 lo cerraron con unas pérdidas de 869.523 euros.
No fue hasta el curso siguiente (10-11) cuando aplicaron sus fórmulas para curar al enfermo. La palabra austeridad se hizo ley sagrada en Butarque mucho antes que en el resto de España. Hubo recortes por doquier para evitar gastos superfluos. Tal fue el tijeretazo, que era habitual ver al dueño, a Felipe, en tareas muy poco ejecutivas como retirar nieve del campo, pegar carteles o vender entradas.
El siguiente paso fue resucitar a la deshilachada masa social pepinera. De la mano de Daniel Abanda, su jefe de comunicación y marketing, se lanzó una batería de propuestas imaginativas para repoblar las gradas. La fundamental, bajar los precios de entradas y abonados hasta convertirlos en los más asequibles de Segunda B, luego de Segunda y ahora de Primera. Funcionó y, por contagio, aumentaron también las ventas por merchandising y, obvio, el apoyo al equipo.
Ascenso. La metamorfosis ya se notó con el ascenso a Segunda. Para la 2014-2015 el Leganés había borrado toda deuda de sus cuentas. Hoy, en la élite, la entidad tiene un presupuesto aproximado de 45 millones de euros de los que 40 proceden de las televisiones. La mayor parte se destina a gastos para la plantilla, aunque en su elaboración la austeridad haya sido también un ingrediente imprescindible.
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