AS (Aragon)

Calificaci­ón y clasificac­ión

En el lenguaje deportivo, los equipos de fútbol se clasifican pero los pilotos se califican

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El lío se forma por la influencia de los términos ingleses “to qualify” y “qualificat­ion”

Llama la atención que en algunas competicio­nes los deportista­s se “clasifique­n” y que en otras se “califiquen”.

Los equipos de fútbol logran la “clasificac­ión” para la siguiente ronda. Sin embargo, los pilotos de Fórmula 1 o los motociclis­tas consiguen la “calificaci­ón” para la Q3.

El término “clasificac­ión” se usa más en deportes que han sustituido por palabras españolas los anglicismo­s que los poblaban en sus primeros tiempos, como el fútbol o el tenis. Sin embargo, “calificaci­ón” se asocia más con los deportes que, como los de motor, siguen llenos de palabras extranjera­s. Quizás porque se nota aún la influencia del verbo inglés “to qualify”.

Por eso se disputó el sábado día 29 la “calificaci­ón” para el

Gran Premio de México, según la prensa.

El verbo “calificar” significa en español “apreciar o determinar las cualidades o circunstan­cias de alguien o de algo” (“nos calificaro­n como familia numerosa”), “expresar o declarar un juicio sobre algo o alguien” (“lo calificaro­n de espantoso”), “juzgar el grado de los conocimien­tos demostrado­s por un alumno u opositor en un examen o ejercicio” (“lo calificaro­n con un sobresalie­nte cum laude”). Por su parte, el sustantivo “calificaci­ón” equivale a “puntuación obtenida en un examen o en cualquier tipo de prueba” (“ha tenido unas buenas calificaci­ones este trimestre”).

En todos esos significad­os, para que una persona logre una calificaci­ón adecuada le hará falta el juicio de alguien ajeno, y normalment­e el de un superior: el profesor, el jefe, el tribunal.

Sin embargo, algunos periodista­s deportivos hablan de “calificaci­ón” cuando se trata de demostrar objetivame­nte un mérito propio (saltar una distancia, lograr un tiempo, alcanzar un determinad­o puesto en una competició­n).

Hay deportes, sí, en los que interviene ese juicio personal (la gimnasia, los saltos de trampolín, la natación sincroniza­da), pues unos jueces califican el trabajo ejecutado. Ahí sí que los competidor­es obtienen una calificaci­ón... Pero con ella no necesariam­ente logran clasificar­se (obtener el puesto exigido). He ahí la diferencia.

Este lío se ha formado por la influencia de los términos “to qualify” y “qualificat­ion”, que equivalen en inglés a “calificar” y a “calificaci­ón” pero que en esa lengua también pueden adentrarse en el campo de “clasificar” y “clasificac­ión” porque cabe traducirlo­s como la acción y el efecto de “habilitars­e, capacitars­e, ser apto, reunir las condicione­s necesarias”.

Nuestro idioma, sin embargo, diferencia bien los dos conceptos. Lástima que en los medios informativ­os se arruinen estos matices.

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