David López, el aprendizaje del patriarca de la defensa perica
Cuando jugaba en el Juvenil del Espanyol, David López no era el futbolista que más destacaba de aquella generación. No goleaba, no era el cerebro en la medular ni tampoco brillaba por sus conceptos técnicos, pero ya se intuía que podría convertirse en un jugador inteligente, brillante en la colocación y en la lectura de las jugadas. Así lo vio Óscar Perarnau cuando insistió a Joan Collet a que pagara 250.000 euros al Huesca para repescarlo, y así también lo entendieron Javier Aguirre y Rafa Benítez.
Cuenta David López que lo que más aprendió de sus dos años en Nápoles fue la interpretación táctica de los partidos, un aspecto en el que incide Quique Sánchez Flores y que, dicho por el jugador perico, está más desarrollado en Italia. Ese aprendizaje, unido a esa inteligencia anterior, le convierten en un central impecable, un solucionador de problemas aunque lleve años sin jugar en esa demarcación.
Ayer fue un ejemplo. Ante jugadores como Aduriz, Williams o Raúl García, David López fue superior por arriba y por abajo, se anticipó y sacó el balón con criterio. Un patriarca en una zaga perica que ayer no concedió ocasiones y que ha recibido siete goles en ocho partidos. David tiene buena parte de culpa.