“En Puertollano se cuida y se mima a los deportistas: somos unos privilegiados”
Más de 200 personas disfrutaron del Encuentro con los Ases con Hombrados, Rivera y Bermejo
Caía la tarde en Puertollano, Ciudad Real, cuando las primeras personas comenzaban a arremolinarse en la entrada del Auditorio Pedro Almodóvar. Eran seis o siete chavales y todos con gesto idéntico: mirada al reloj. Faltaban aún dos horas para el comienzo del Encuentro con los Ases en la ciudad pero su espera ya denotaba una cosa: ganas de este Encuentro.
Cuando comenzó, a las 20:00 horas, puntualidad inglesa, eran más de 200 personas las que llenaban el auditorio. En la platea, seis sillas, seis micrófonos y tres periodistas, Alfredo Relaño, director de AS, Tomás Roncero y Manuel Esteban, y tres referentes del deporte en la provincia y la ciudad: José Javier Hombrados, portero del Ciudad Real (desde 2002 hasta su desaparición, 2011); el saltador Javier Bermejo y el futbolista Alberto Rivera. Ellos, “los verdaderos ASES hoy”, puntualizó Alfredo Relaño, en el albor del acto, justo antes de que Hombrados arrancara los primeros aplausos: “El deporte me trajo a esta región y noto esta tierra como parte de mí. Me siento orgulloso de haber llevado el escudo de Ciudad Real diez años por el mundo”.
Cuatro de esos lugares fueron cuatro Juegos. En dos estuvo Bermejo. Ambos confirmaron: nada como eso. “Una medalla, al ser cada cuatro años, tiene un valor incalculable. Perdura”, dijo Hombrados. Bermejo asintió: “Es lo máximo. Yo si no llego a ir a dos Juegos no tendría este nombre en Puertollano”. Una ciudad, la suya, cuyas instituciones siempre ayudan. “Me siento un privilegiado por poder decir que mi ciudad me ha apoyado y mimado en todo lo que he necesitado”.
Ciudad, Puertollano, que es también cuna de un futbolista que tiene un récord en el Real Madrid desde hace 21 años: es el más precoz en marcar un gol. Lo hizo Alberto Rivera, con 17 años y 111 días. “Lo considero anecdótico”, confesó. Se queda con los momentos vividos, el vestuario, la convivencia.
Entonces el futbol tomó la sala. Y, en la platea, un quejío generalizado. “¿Por qué la Federación no ha permitido ascender a Segunda B al Calvo Sotelo por unas deudas que son exiguas en comparación con otras de grandes clubes?”, preguntó un aficionado. Eso duele en la ciudad. Como que haya dos equipos separados, el Calvo Sotelo y el Atlético Puertollano. “¿Por qué? Porque hay dos escuelas. Se ha intentado que se unan y es imposible: es cuestión de dinero”, se explicó.
Siguió un debate del periodismo en los tiempos del clic
Bermejo “Si no llegó a ir a dos Juegos no tendría este nombre en Puertollano”
(“Es un problema querer ser tan rápido y faltar a un principio del periodismo: comprobar una noticia. Estamos en el camino de cambiar esto. Tenemos que hacer un esfuerzo por rescatar la credibilidad”, detalló Relaño), el Balón de Oro y un recuerdo, la primera Copa de Europa de Hombrados con el Ciudad Real, que emocionó. “El sentimiento fue grandísimo, esfuerzo muy grande, de la ciudad, la provincia, para que se pudiera conseguir. Llenar el Quijote Arena con más de 5.000 personas. Es un orgullo haber tenido esto aquí, lástima que no continuara más tiempo”.
Es uno de sus recuerdos como deportista. “Pisar el estadio olímpico de Atenas y ver a tu familia, y la bandera España, y la de Puertollano”, es el de Bermejo.
Dos ascensos, “con el Levante y con el Elche”, el de Rivera. Lo último provocó un aplauso, como aquello con lo que se despidió Hombrados. La motivación que encuentra, a sus 44 años, para seguir entrenándose cada día con la ilusión de un chaval. “Porque me divierto. Por eso sigo. Es mi momento de disfrute. Eso sí, chicos, hay que ganar siempre: ¡hasta en los amistosos!”.
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