Primeras tareas de Víctor: recuperar a Rubén y a la afición
Poyet había descuidado ambas
En aquel Depor llamábamos a Rubén el Pistolas, porque chutaba más rápido que Billy el Niño. Eso queda como una anécdota de un vestuario en el que Rubén tenía una competencia feroz con Makaay, Pandiani y Tristán, y no gozó de los minutos necesarios. Después se ha convertido en lo que es hoy en el Betis. Para nosotros es muy importante por su veteranía y su talento”. Fueron algunas de las primeras palabras como bético de Víctor Sánchez del Amo, que coincidió con Rubén Castro en el vestuario deportivista, en la campaña 2005-06.
Víctor ya sabe (así se lo han transmitido desde el club) que para tener éxito como técnico bético una de las claves será recuperar al deprimido delantero canario, al que Poyet relegó a un rol secundario. Primero, desplazándole a la banda. Luego, sacándole de la titularidad en dos salidas de tres, la última en el partido que le costó el puesto al uruguayo, en El Madrigal. Rubén, un futbolista muy particular, parece apático, sin chispa: eso que necesita para seguir rompiendo récords como verdiblanco.
Poyet cargó contra la afición en varias ocasiones y ésa, posiblemente, fue una de las razones por las que el Villamarín comenzó muy pronto a no creer en el técnico uruguayo. Víctor también parece haber llegado de momento con esa lección aprendida: “Llego con una ilusión tremenda y toda la motivación del mundo para hacer disfrutar a una de las aficiones más grandes. Y buscamos hacerlo a través de su equipo, para competir y enganchar a los béticos, que se sientan orgullosos de lo que ven en el campo. La comunión entre el equipo y la afición del Betis es imprescindible, como han demostrado los béticos en toda su historia”.
Víctor “El talento y la veteranía de Rubén son muy importantes para nosotros”