AS (Aragon)

La odisea de Di Stéfano al frente del Sporting

Fue su fugaz técnico en 1974

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Verano de 1974. Joao Rocha, mítico presidente del Sporting, quiere un fichaje de impacto para su banquillo y piensa en Di Stéfano. Viajó a Benidorm, donde veraneaba La Saeta. Di Stéfano no lo veía claro, pero viajó a Lisboa. No sabía lo que le esperaba. Había jugadores que no pensaban que la figura de Di Stéfano fuera buena para ellos: creían que era una idea del presidente para que no se sublevasen por la falta de dinero. Estaban retenidos: ellos querían irse a otros equipos, pero el club, poseedor de sus derechos, no les daba vía libre.

Así fueron pasando los primeros días, hasta que empezó la pretempora­da. Las cosas no acababan de arrancar. A los problemas económicos le seguían conflictos de otro tipo. A Di Stéfano le cansaba que le estuvieran dando largas tanto para hacerle contrato como para darle de alta en la Federación portuguesa… Descubrió, incluso, que el Sporting no le estaba pagando el alojamient­o. Él mismo pagó el hotel y se mudó a otro, más barato, el Hotel Roma.

El club era un caos. Di Stéfano convocaba a los jugadores para los entrenamie­ntos, y se presentaba­n cinco, siete, cuatro… Nunca todos a la vez. Y llegó una gira por Brasil. “Había jugadores que era la primera vez que volaban. Y antes no era como ahora, que te dan todo hecho. Llegabas con tu pasaporte y allí tenías que rellenar tus documentos. Muchos de los jugadores no sabían hacerlo…”. Di Stéfano explotó al ver que el Sporting estaba alojado en el mismo hotel que el Benfica. Exigió que sus jugadores no se mezclasen con los benfiquist­as.

Al volver comenzó la Liga ante el Olhanense. Antes de volar, un directivo dijo a Di Stéfano que no podía sentarse en el banquillo porque su ficha no estaba en la Federación. El Sporting perdió 1-0. A la vuelta, recogió sus pertenenci­as, pagó el hotel y volvió a España...

Un caos En la entidad reinaba el desorden hasta que ‘La Saeta’ dijo “basta”

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