El calendario ahonda en la preocupación rayista
Baraja está incidiendo en el estado físico y anímico
EIRayo siente el descenso soplando en la nuca. La diferencia de goles con Mirandés y Alcorcón ha evitado su caída a esos puestos, pero se asoma al abismo después de encadenar cuatro jornadas sin ganar y de haber sumado sólo 16 puntos de 45 posibles. Números que le alejan del objetivo del ascenso — el Levante está a 15 puntos; el Girona, a 8 y el playoff, a 6— y apremian una reacción.
El problema es que el calendario que le espera hasta el parón navideño no es fácil. Recibirán en casa al Alcorcón ( un derbi de necesidades) y al Zaragoza ( in cres
cendo con Agné y firme candidato a subir) y se desplazarán a casa del líder ( el mejor local de la categoría, no ha perdido ante su gente) y del Nàstic ( ha mejorado respecto a la Copa, en la que pasaron los catalanes en los penaltis).
No obstante, el Rayo está mostrando dos caras muy diferentes esta campaña. En Vallecas se fraguaron 15 de sus 16 puntos, pero es el peor visitante de la categoría. Sólo ha rascado un punto fuera ( empató en Reus) y cuando visiten el Ciutat llevarán 434 días sin ganar a domicilio ( la última vez fue el 2009- 2015, 0- 1 a Las Palmas, gol de Javi Guerra).
La dinámica del conjunto y el horario del Levante- Rayo ( domingo, 20: 00) han hecho mella en la afición. Se estima que apenas se superará el centenar de franjirrojos en el Ciutat. Y es que en la grada reina la preocupación. De hecho, ahora mismo, los vallecanos tienen un punto menos de los que llevaban a estas alturas en la 2003- 04, curso en que bajaron a Segunda B.
Para romper la dinámica y buscar una reacción se cambió al entrenador hace dos jornadas. La derrota ante el UCAM ( la única en casa) propició el despido de Sandoval y Baraja tomó las riendas: ha perdido un duelo y ha empatado otro. En busca del punto de inflexión, el cuerpo técnico ha introducido dobles sesiones tanto la pasada semana como ésta. Más intensidad para recuperar el tono físico y trabajo también en lo anímico.
A vueltas con el esquema, sí se vislumbra la apuesta de Baraja por los galones y la veteranía para el once ( la media de edad con Sandoval era de 28,83 años y con el Pipo de 29,1). El Rayo tiene la octava plantilla más longeva de Segunda y once jugadores que están en la treintena o la superan.