La vida sigue igual en El Sadar

Se estrenaba ayer Joaquín Caparrós como técnico rojillo en El Sadar. Entre los aficionados, cierta incertidumbre tras la mala imagen ofrecida por el equipo hace una semana en Leganés y el recuerdo para Enrique Martín en la grada. En los primeros compases del partido Osasuna ofreció buenas sensaciones y en el minuto 13, cuando Mateu Lahoz señalaba un penalti a favor de los navarros cometido por Giménez sobre Oriol Riera, parecía que las cosas se iban a poner de cara para los de Caparrós. Sin embargo, el especialista rojillo en penaltis, Roberto Torres, falló. Pese a ello, los jugadores de Osasuna lo siguieron intentando. Pero esto es fútbol y por todos es sabido que no vale ni un fallo, ni un despiste. Y menos si el equipo que tienes enfrente es el Atlético de Madrid del Cholo, especialista en castigar los despistes ajenos. Primero Godín y luego Gameiro perforaron la portería de Nauzet y todo en menos de dos minutos. Las cosas se complicaban mucho para un Osasuna que poco tuvo que ver en el segundo tiempo con el de la primera mitad.

Carrasco, al filo del final, hacía el tercero para el Atleti. En definitiva, que Osasuna sigue sin funcionar y sin sumar. No lo hacía con Enrique Martín, ni lo hace, de momento, con Caparrós. La situación es preocupante: siete puntos en trece partidos. La vida sigue igual. Al menos la impresionante afición del equipo rojillo sigue siendo eso, impresionante.