Desnudar a un santo para vestir a otro
El traslado de José Enrique al centro no soluciona nada, porque Casado es un agujero en el lateral izquierdo
Agné prescindió de Bagnack frente al Reus, pero el problema fue parecido, porque la posición central de José Enrique dejó totalmente desguarnecido el flanco izquierdo. La única solución es fichar en enero. No queda otra.
Una derrota fuera y un empate en casa. Raúl Agné ha empeorado sus números en el Real Zaragoza en las dos últimas jornadas, después de un notable comienzo de ciclo en el banquillo de La
Romareda, con dos victorias en casa (Almería y Mirandés) y una igualada entre medio en
Palma de Mallorca. El equipo aragonés perdió en Getafe su posición de playoff y el sábado por la noche no pudo rehacerse frente al Reus. Es más, futbolísticamente, cuajó el peor partido desde que Agné relevó a Milla. No tuvo fútbol en el medio, donde Zapater está cada vez más desaparecido —
Folch le ganó la partida en los dos goles—, y volvió a cometer dos gravísimos errores en defensa que le pudieron costar todavía más caros, si no aparece Dongou.
Agné prescindió al final del camerunés Bagnack, blanco de todas las críticas tras su imprudencia con Jorge Molina en
Getafe, y trasladó a José Enrique al centro de la defensa, dando entrada a Casado en el lateral izquierdo. Y el resultado fue parecido, porque Casado es un agujero en su costado. Y por su agujero llegaron precisamente los dos goles del Reus, que durante muchas fases del partido fue superior al Zaragoza. Le jugó sin ningún complejo, supo sembrar de obstáculos el terreno a Cani, y explotó, como han venido haciendo también otros rivales, la debilidad de Casado. A falta del lesionado Marcelo Silva y con el rumano Popa en la rampa de salida para una cesión en el mercado invernal por su inadaptación, lo que ocurrió frente al Reus es que se desvistió un santo para vestir a otro y, claro, el problema fue el mismo que el de Getafe. Ya sucedió en la etapa de
Luis Milla, cuando con Isaac y Casado en los laterales, el Zaragoza se descosía por sus flancos defensivos. A la que falta uno de los zagueros titulares, el equipo es de una vulnerabilidad terrible, lo que compromete seriamente sus aspiraciones de ascenso, salvo que se le pueda poner remedio en enero.
Ahora mismo el Real Zaragoza tiene que volver a hacer malabarismos financieros para poder acudir al mercado de invierno, pero está decidido a hacerlo. No tiene más remedio. No le queda otra alternativa. Futbolistas como Erik
Morán, que ha perdido mucho protagonismo con Agné y que tiene cierto cartel en Segunda
División, y los defensas Popa o Bagnack están en todas las quinielas para abandonar el club aragonés dentro de cinco o seis semanas y dejar hueco en la plantilla y margen salarial para poder fichar a un central de garantías y a un mediocentro que eleven las prestaciones defensivas y creativas del equipo.
Agné ha mejorado muchas cosas en el Zaragoza y ha recuperado a media docena de jugadores para la causa, pero la escasa solvencia de los reservas en la última línea es absolutamente irresoluble. Hay que fichar. Y acertar, sobre todo con el central, porque mover de sitio a José Enrique no sirve de nada, si juega Casado de lateral.
Huecos Bagnack, Popa y Erik Morán están en la rampa de salida para enero Objetivos El Zaragoza busca un central y un mediocentro creativo