La ‘Tacita de Plata’ de la esperanza

Tranquilidad, ilusión, alegría y esperanza son los componentes del aire que se respira ahora mismo en la Tacita de Plata. Seis años hemos sufrido por las catacumbas de Segunda B. Seis años en los que se ha sufrido, gritado y llorado de tristeza o de alegría; para que, finalmente, con la mano de un entrenador con origen en Santander, nos llevase en volandas a la cima, a lo soñado por todos los cadistas durante esa larga travesía.

Fue en el Rico Pérez, estadio maldito en el que empezó todo, ese recorrido devastador por los infiernos, pero, fruto del destino o no, nos tocó cerrar el ciclo en el lugar que lo empezamos.

Ahora, seis meses después, todavía sin asimilarlo del todo, el equipo ya se siente cómodo, seguro y tranquilo en una nueva división que ha cambiado mucho desde la última vez que la pisamos.

Igualdad, calidad, competitividad y, sobre todo, sufrimiento van a haber por doquier a lo largo de este temporada que, como todas en Segunda División, va a ser muy larga y habrá de todo.

Mi consejo es el siguiente: gaditanos, relájense, disfruten y recuerden cuánto nos ha costado llegar al sitio en el que estamos. Eduardo Blanco Chillerón Cádiz