No conviene seguir engañándose
El Real Zaragoza se encontró con un empate en Santo Domingo que mereció, pero que no esperaba. Un autogol de David Navarro
en el minuto 90 en una jugada de verbena con su portero Dmitrovic evitó una nueva derrota del equipo de Raúl Agné,
al que los resultados le están negando cualquier posibilidad de remontada. Este empate es un mal menor, pero que no saca de pobre a un Zaragoza que sólo ha ganado un partido en las seis últimas jornadas y que se mantiene en la 14ª posición de la tabla, a cinco puntos del descenso y a ocho del playoff, una distancia enorme que compromete cualquier aspiración que no sea la permanencia. Ya se sabe que en esta Segunda División los errores de bulto están a la orden del día en casi todos los equipos y esta vez fue el Alcorcón el que la pifió a lo grande. Y por ahí se explica este empate final que no sirve para nada.
El Zaragoza no dio tres pases seguidos en la primera parte, pese a disfrutar de su mejor ocasión con un cabezazo picado de Ángel, y sólo fue capaz de ofrecer un cuarto de hora largo de juego combinativo, con Cani como faro y luz. Nada más. Demasiado poco para ganar al Alcorcón y nada que ver con la prometedora actuación de hace una semana frente al Levante en La Romareda. Matemáticamente todo es posible, pero no conviene engañarse. El objetivo, salvo que una racha de cuatro o cinco victorias seguidas lo modifique, no es otro que conseguir cuanto antes la permanencia en la categoría y tener tiempo sobrado para, con el nuevo director deportivo, empezar a planificar la próxima temporada.