Robinson III, el hijo de Big Dog, nuevo rey de los mates NBA
Gordon, el favorito, decepcionó en un concurso irregular
Hace un año en Toronto, Zach LaVine y Aaron Gordon revitalizaron el concurso de mates con la, para muchos, mejor final de siempre. Poca parafernalia y vuelos con sabor clásico actualizados con el monstruoso equipamiento físico de estos tremendos atletas del siglo XXI. Un año y una semana después, en Nueva Orleans no hubo ni rastro de revancha. LaVine, ganador de las últimas dos ediciones, renunció a participar y sufrió después una grave lesión de rodilla. Y Gordon, al que el jurado le debía una tras su milimétrica derrota en Canadá, se borró de la final con una actuación decepcionante. Ni siquiera completó su segundo mate después de enredarse en el primero con un dron que soltaba la bola desde el aire mientras sonaba la banda sonora de Star Wars. Demasiado aparatoso, demasiados intentos y solo 38 puntos. Tampoco DeAndre Jordan, el gigante del evento (2,11), dejó huella aunque saltó, mesa de mezclas incluida, por encima de un DJ Khaled que lo retrasmitió en Snapchat. Cosas de estos tiempos.
Así que un concurso con demasiados fallos y exceso de efectismo se resolvió en una final entre Derrick Jones Jr, novato que ha jugado 24 minutos en la NBA, y Glenn Robinson III, hijo de Big Dog Robinson, número 1 del draft 1994 y campeón con los Spurs. Ganó Robinson (le llaman Third: Tercero) que abrió y cerró su participación con dos excelentes vuelos que se llevaron la puntuación máxima (cinco dieces de los cinco jueces: 50 puntos). Uno saltando por encima de un chico subido a hombros de otra persona y el último con una elevación sobre un trío de su equipo, Indiana Pacers: cheerleader, mascota y estrella, Paul George. Un mate fantástico, muy parecido a uno de John Wall en 2014 y que superó los picos de un irregular Jones, un demonio hiperelástico que deslumbró cuando estuvo fino: saltó una fila formada por cuatro compañeros de los Suns y se llevó otro 50 por un maravillosa maniobra tras recoger un pase que rebotó en el canto del tablero y pasarse el balón por debajo de las piernas. Chispazos que iluminaron un concurso que no dejó un gran sabor de boca. Y menos con el recuerdo del duelo LaVineGordon todavía tan fresco.
Robinson abrió y cerró el concurso de mates con dos vuelos de 50 puntos