AS (Aragon)

El Valencia desarbola al Madrid y toca el título

Thomas, Dubljevic y San Emeterio, de diez ● Parcial final de 62-36

- RICARDO GONZÁLEZ LA CRÓNICA

El Madrid salió a morder (19-28), pero el Valencia mezcló garra, talento y acierto para reaccionar. Destrozó a los blancos con un parcial demoledor de 62-36 a partir del minuto 15. Manda 2-1 y si repite triunfo mañana levantará la primera Liga de su historia.

El Madrid arrancó fuerte, amenazaba con levantarse como tantas otras veces, y lo hizo incluso durante un cuarto y medio, pero el Valencia Basket lo sentó con una mezcla perfecta de garra, ambición, talento y acierto. Un partidazo al alcance solo de los equipos que alzan títulos, una demostraci­ón de que el refrán es cierto, que lo que no te mata (la Eurocup), te hace más fuerte.

El zarpazo al actual campeón en la segunda parte fue de una magnitud casi sin precedente­s: 45-29 de parcial (62-36 desde el minuto 15). Vimos a un bloque de jugadores en comunión perfecta con el aro: 7 de 12 de tres y 12 de 17 de dos mientras que el Madrid erraba en ese segundo tiempo 14 de sus 16 triples. Desmadejad­o como en noches que ya quedaban lejanas en la memoria colectiva blanca. Abatido, sencillame­nte superado por el espíritu taronja, el del equipo y el de una grada desatada.

Bendita derrota en la Eurocup pensará ahora algún aficionado si aquel traspié trae una Liga. Pero como entonces, queda rematar. Y mientras el Madrid y Llull respiren podemos decir jaque, nunca mate. Su maquinaria, eso sí, parece haber colapsado, lejos del juego grupal que le ha dado tanto, fiado a arreones individual­es, con Ayón muy solo durante demasiados minutos y con Carroll lanzando en vano sin ningún movimiento previo del balón. Doncic lo intentó, como Llull y Rudy. El núcleo duro, el más comprometi­do. Mientras, Randolph naufragaba de nuevo y lo de Hunter fue un despropósi­to.

El cambio de escenario había invertido los papeles de inicio. El Madrid mordía atrás (7-16), como lo había hecho su rival en cancha ajena la pasada semana. Laso había apostado por Reyes de titular en su duelo 152 de playoff, líder por delante de Navarro. En el segundo cuarto, dinámica parecida, aunque ahora mandaba Doncic. Y anotaba: once puntos en ese tramo. El Madrid lucía aparente (19-28) y Taylor encaraba el aro para poner el +11, pero extravió el balón y el Valencia galopó. Una acción, un gesto, un chute de confianza. Un clic para cambiarlo todo. Entró en trance y en menos de cuatro minutos invirtió la balanza: 15-4 de parcial con tres triples, dos de San Emeterio y uno de Diot, más la aparición de Dubljevic. El lavado de cara era total y en la reanudació­n Dubi y un sensaciona­l Will Thomas bordaron el juego entre pívots. El otro vértice era San Emeterio, un triángulo perfecto (sin faltar a Phil Jackson, claro), una combinació­n para la que el Madrid no tenía respuesta: ni Llull aparecía. Enfrente, Vives, Sato, Sikma... Fiesta taronja, a un triunfo de abrazar la primera Liga de su historia.

 ??  ?? ABATIDOS. Nocioni, Doncic, Carroll, Hunter y Reyes contemplan hundidos el huracán de juego del Valencia Basket en la segunda parte.
ABATIDOS. Nocioni, Doncic, Carroll, Hunter y Reyes contemplan hundidos el huracán de juego del Valencia Basket en la segunda parte.
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