Chile perdona a Alemania Chile era una máquina perfecta y Alemania estaba nerviosa
Stindl neutralizó el tanto inicial de un gran Alexis
Parecía el mundo al revés el jueves por la noche en la capital de la región de los tártaros. Chile era una máquina perfecta, aceitada, que funcionaba impecable y Alemania era un conjunto imberbe, nervioso y errático. Chile merecía por todos lados ganar, pero cometió un error, un descuido, que permitió el empate alemán. Terminó igualado 1-1 y ambos quedaron como líderes del Grupo B de la Copa Confederaciones.
Chile clavó su bandera en la medular y no la movió de ahí durante 40 minutos. ¿Cómo lo hizo? Con una presión asfixiante que, por momentos, sacó de quicio a los siempre imperturbables alemanes. Ter Stegen se la pasa a Mustafi, para iniciar el ataque desde atrás. El central juega por el medio, la pincha Vidal y le cae a Alexis. El exculé se la devuelve a Vidal, este hace la pared de primera y el Niño Maravilla define al primer palo. Gol de Chile. Corrían seis minutos. El equipo más viejo del torneo le ganaba al más joven.
Pero la historia no terminaba ahí.
A los 19 minutos el larguero se estremece con un derechazo de Eduardo Vargas desde fuera del área. Chile no le presta la pelota a Alemania. Los veteranos juegan a tocar de primera y los jovencitos corren tras el balón.
Draxler intenta comandar la ofensiva alemana. Pero ni siquiera pueden atacar tranquilos los germanos. Un despeje de Vidal en plena área chilena le llega a Vargas y Alexis, quienes casi anotan el segundo en un contragolpe demoledor.
Chile tenía asfixiada a la Mainschaft. Pero a los 41 minutos, Alemania se reencontró con lo más profundo de su historia. Emre Can tuvo un callejón solitario para transitar 25 metros. Cuando le sale Medel, habilita a Hector, centro a la carrera y de primera, y Stindl, como un nueve clásico, la envía adentro. La misma jugada que años atrás hicieron Overath con Müller, Littbarski con Rummenigge o Brehme con Völler, le da la salvación al equipo de Löw.
Chile no cambia de libreto en el complemento. Alexis lo tuvo en un tiro libre muy cerca del larguero. Vidal gana dos cabezazos en el área rival. Alemania, en tanto, ataca con miedo, por temor al contraataque chileno.
A la Roja le faltaba la puntada final y, a la desesperada, Alexis se gana la amarilla por lanzar la pelota lejos tras fuera de juego. Chile siguió atacando, pero sin la claridad necesaria para sentenciar. Alemania terminó replegada. La historia no sufrió modificaciones. El partido más esperado de la fase de grupos terminó en tablas.
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