La chance de usar “chance” Esta palabra significa en inglés “fortuito”, “casual”, “imprevisto”, “suerte”, “oportunidad”, “probabilidad”…
Como suele ocurrir, el extranjerismo actúa como un depredador que arrasa cuanto hay cerca
Los jugadores argentinos y uruguayos trajeron a España la palabra “chance” cuando empezaron a recalar masivamente en nuestra Liga, en los años setenta.
Este término tan arraigado en el vocabulario de los futbolistas hispanoamericanos aparece a menudo en sus declaraciones: “Esperamos tener la chance de ganar el partido”, por ejemplo. Ahora bien, la convivencia en los vestuarios ha ocasionado que algunos jugadores españoles utilicen ya ese término; y que se traspase también a los medios informativos (leí hace poco en un periódico español de deportes que “Iñaki Williams o Mayoral podrían tener chance en detrimento de
Sandro” en un partido de la Selección Sub-21).
El “chance” castellanizado que se usa en América (y en el que se pronuncian todas las letras) procede del inglés “chance” (‘chans’), según el
“Diccionario de americanismos”, y tiene varios significados en aquel idioma: como adjetivo, refleja algunas ideas de lo accidental: “fortuito”, “casual”, “imprevisto”…; y como sustantivo, también: “suerte”, “casualidad”, “azar”… Y además incorpora otros conceptos parecidos, como “ocasión”, “oportunidad” o “probabilidad”. También existe el verbo “to chance”, que quiere decir “acaecer” o “suceder”.
Sin embargo, el diccionario de la Real Academia Española atribuye la procedencia al término francés de igual grafía: “chance”, con el significado de “oportunidad o posibilidad de conseguir algo”.
En efecto, el “Diccionario de americanismos”, elaborado por todas las academias de la lengua española en aquel continente, incluye esta palabra en cursiva y hace constar que se trata de una “voz inglesa”, pero la define casi exactamente igual que el diccionario de la Academia Española: “Oportunidad de conseguir algo; posibilidad, probabilidad”.
Además, este término ha adquirido en ciertos países hispanos algunos significados específicos adicionales, relacionados también con el abanico de las posibilidades que ofrecía el vocablo inglés relacionadas con la fortuna: en Nicaragua, Colombia y Venezuela, “chance” significa también “lotería informal” o no oficial; en
Panamá, “billete de lotería”; en
Guatemala, Puerto Rico y otros países, “riesgo”; y en México la interjección “¡chance!” quiere decir “¡suerte!”.
Como se ve, el español cuenta con muchos equivalentes de “chance”, y por eso se hace innecesario su uso.
Como suele ocurrir, el extranjerismo actúa cual depredador que arrasa cuanto hay cerca, porque sustituye y desplaza a términos más adecuados para la situación de la que se trate. En español podemos tener la “oportunidad”, la “posibilidad”, la “suerte”, la “opción”… de hacer o lograr algo. También habría que dar a estas palabras su “chance”.