AS (Aragon)

David Cal

- J. MÍNGUEZ / LA ENTREVISTA

En Atenas 2004, gana primero un oro con 21 años, se convierte en campeón olímpico y además lo remata con una plata. ¿Qué se le pasa por la cabeza?

—Fue una sensación rara. Para mí era como una competició­n normal, era inconscien­te sobre la repercusió­n que iba a tener. El año anterior había sido subcampeón del mundo y se enteraron en mi casa.

—¡Le estaba esperando la reina Sofía!

—Sí, salí del podio y me lo dijeron. ¡Pensaba que me estaban vacilando! Casi ni voy.

—Y cuando uno se ve campeón quedará una sensación de vacío. ¿Con qué motivarse?

—Sí, era un problema. Tras un Nacional hay un Europeo, y luego un Mundial… pero no hay nada mejor que un oro olímpico. Así que el reto siguiente fue conseguir dos. Se quedó en dos platas, pero bienvenida­s. En Londres 2012 nos planteamos conseguir una más, daba igual el color, para desempatar con Joan Llaneras y Arantxa Sánchez Vicario.

—No llevaba bien lo de hablar en público…

—No, no. Ahora no soy tan tímido. Todo el mundo quería entrevista­s, fotos y saber de mí y eso me tiraba para atrás.

—¿Las dos platas de Pekín las disfrutó más, con más reposo?

—No. En Atenas era un desconocid­o sin presión, nadie sabía que existía. En 2008, estaba en el punto de mira. Cada ciclo era sufrir y sufrir un poco más.

—En Pekín fue abanderado. Después llegaron Pau Gasol y Rafa Nadal. ¡No está mal!

—¡Muy grande! No lo disfruté tanto ese día, porque estaba en el foco de las cámaras y soy más de ir detrás. Lo disfruto más ahora. Salí al estadio, lo vi lleno de gente y fue brutal.

—Tras la plata en C1 1.000 de Londres 2012, se planteó conseguir una sexta medalla en Río. Se fue a entrenar a Brasil y no salió bien.

—Así fue. Surgió la posibilida­d de ir allí porque mi entrenador, Suso Morlán, aceptó entrenar a Brasil y nos pareció un proyecto que nos haría salir de la monotonía. Estuve dos años y

Campeón “Me dijeron que me esperaba la Reina y creía que me estaban vacilando”

encontré el final de mi etapa como deportista allí, en medio del ciclo olímpico.

—¿Alguna vez tiró la pala y dijo ‘no sigo’?

—No, nunca. He sentido mucho cansancio. Pero ahí estaba el entrenador para cortar.

—¿Y qué ha hecho con las medallas?

—Todo, trofeos y medallas, están a buen recaudo en casa de mis padres. Yo lo tenía todo en cajas. No lo quería poner en mi casa. No había nada relacionad­o con el piragüismo porque era mi sitio de desconexió­n. Si veía los trofeos, me volvía loco. ¡Y no hay ninguna foto mía con las cinco medallas!

—El piragüismo español en Río fue la bomba. Tres oros, un bronce. ¿Les lanzó usted?

—Puede ser. Antes de Atenas había un miedo a conseguir resultados. Los Juegos parecían imposibles. La última medalla databa de 1984… 20 años de sequía.

—¿Y quién va a superar su récord de cinco medallas?

—Me quedan tres añitos. Supongo que Saúl Craviotto conseguirá al menos una más y Mireia Belmonte mínimo un par de ellas y me superará. No me enfadaré. ¡A mí no me van a quitar las cinco que tengo!

—¿A qué se dedica ahora David Cal?

—Trabajo en Murcia, en el servicio de Deportes de la UCAM. Hay mucha gente becada, más de 300 a los que hay que hacer seguimient­os. No me aburro.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain