BARDET: OTRO DÍA DIFÍCIL
El show de Peter Sagan comenzó en la tercera etapa, en el primer final en rampa: 1,6 km al 5,8% en Longwy. Era una llegada propicia para clasicómanos, para finalizadores en subida, lo que últimamente se ha dado por llamar uphill finishers. No dejó escapar la ocasión. Y eso que se le salió un pie del pedal en el sprint. El bicampeón mundial se impuso a Matthews y Dan Martin, dos corredores del mismo corte en estas metas. Durante la ascensión asomaron dos líderes: Contador respondió a un ataque de Porte, pero ambos se apearon pronto. Thomas sigue con el maillot amarillo, aunque hay novedad en su cogote: su jefe Chris Froome ya es segundo.
Entre risas, Sagan explicó tras cruzar la meta que cometió dos errores. El primero, lanzar el sprint demasiado lejos: tuvo que contenerse. Y el segundo, cuando se le salió un pedal en pleno arreón. El chiste es fácil: ‘Sagan ganó con una pata’. Es su octava victoria en el Tour.
En la parte más exigente demarró un gallo: Porte. Detrás salió Contador. No duró mucho, se desfondó. La iniciativa tampoco iba a ningún sitio. El australiano también sucumbió y dio paso a los amos de las clásicas. Hay muchas ganas de Porte. Y una buena actitud de Contador. En ese río revuelto, sin embargo, acabó más favorecido Froome.
Dos días después de la crono, los rescoldos permanecían al rojo vivo. Por un lado, en el Hospital de Düsseldorf, donde siguen ingresados Ion Izagirre y Alejandro Valverde. El vasco fue operado ayer de dos vértebras. En la habitación contigua, el murciano colgó un optimista vídeo en las redes para comunicar que ya había comenzado la recuperación de su rótula. Ambos dicen adiós a la temporada. Ayer se les echó mucho en falta.
Buzo mágico.
Por otro, L’Équipe abrió ayer con una portada que cuestionaba la limpieza del Sky. ‘Exceso de velocidad’, decía el titular, en referencia a una polémica que ya había sido resuelta el domingo por el jurado en favor del equipo británico. El BMC y el FDJ habían denunciado el uso en el buzo de un material textil, el vortex, que beneficia el rendimiento en un 7%. La resolución parece clara. No está prohibido en el reglamento, así que lo puede utilizar cualquiera: incluso los denunciantes. Si se prohíbe en el futuro, será la UCI quien tenga la palabra, como ocurrió en natación con aquellos bañadores mágicos que batían récords a gogó. La evolución tecnológica, siempre dentro de la ética, no está reñida con el ciclismo. Al revés. O si no que le pregunten a Greg LeMond, cuando sacó un manillar de triatlón para ganar el Tour de 1989 por 8 segundos.
Quien no sabemos si usa también ese material, o directamente una capa de Superman, es Adam Hansen. Que se metiera en la escapada del día no tiene nada de peculiar, salvo si añadimos que el australiano corre su 18ª gran vuelta por etapas consecutiva. Ha acabado las 17 anteriores, incluso con victorias: una etapa en el Giro 2013 y otra en la Vuelta 2014. Le falta en el Tour. En ello está.
Hansen entró en la fuga con Politt, Sicard, Brown, Backaert y Hardy. Luego probaron Calmejane, De Gendt y Périchon. La etapa discurrió por un terreno quebrado y por tres países: salió de Bélgica, en concreto de Verviers, la localidad natal de Philippe Gilbert, atravesó Luxemburgo durante 130 kilómetros y terminó en Francia. Al fin en Francia. Romain Bardet se vio involucrado en la montonera camino de Lieja junto a Chris Froome y Richie Porte, y ayer sufrió una avería en los kilómetros previos a la subida de Longwy: “Una etapa de caída y otro de pinchazo, sufrimos mucho estrés a cola de pelotón”.