“No me sentí bien en la última rampa, nada más”, dijo Froome
AMikel Landa le frenó el Sky camino de Rousses. Iba fugado y, en vez de disputar la etapa y coger cierta ventaja para convertirse en otra baza táctica, le mandaron tirar de Chris Froome en un día intrascendente para la general. Pelear por el triunfo en Peyragudes, desentendido del maillot amarillo en los metros finales, le costó al vasco una bronca de su director, Nicolas Portal. Al técnico francés no le importó corregirle frente a los medios, pese a que trató de maquillar los aspavientos: “No me enfadé con Mikel, lo hizo fenomenal”. La jerarquía impera en el equipo británico, como sufrió el propio Froome con Wiggins en la misma cima en 2012.
Landa se justificó: “Los últimos 200 metros se convirtieron en un sprint en el que, más que perder tiempo, se jugó la victoria y no se me ocurrió mirar atrás. Intenté lanzar a Chris, no le vi luego y le faltó un pelín. De haberse apostado por disputar yo la jornada, me habría metido más arriba”. Para quitar hierro al asunto, colgó una foto en Twitter en la que ahorcaba a Portal con su acreditación: “Reunión post carrera del Sky”. Landa, séptimo a 2:55 de Aru, no pierde el buen humor. Aunque se le escapara la oportunidad de completar la colección en las tres grandes y Froome cediera el liderato por primera vez.
El alavés aseguró que la pérdida del amarillo no supondrá un problema: “No contemplábamos esta situación, pero no cambia mucho: pasaremos al ataque”. Mientras, Froome no puso excusas ni consideró que Landa actuara mal: “No me sentí bien en la rampa de Peyragudes. Nada más. Me duele por mis compañeros, que completaron un magnífico trabajo”. Ahora afronta un panorama desconocido: recuperar el maillot. Esta tarde, 101 explosivos kilómetros con tres puertos, Latrape, Agnes y Péguère, y llegada en descenso.
Sin excusa