AS (Aragon)

“Con un oro y un récord mundial lo lograría todo”

- ALBERTO MARTÍNEZ SIERRA NEVADA Mireia Belmonte

Sus éxitos “La explosión llegó en Londres 2012. Tras Río no he cambiado”

Mireia Belmonte (Badalona, 1990) atiende a AS en Sierra Nevada en medio de su preparació­n para el Mundial de Budapest. Mañana viaja a la ciudad húngara, donde afrontará un nuevo reto, el definitivo tras ser campeona olímpica en Río: quiere ser oro mundial en piscina de 50 metros.

➥A las 13:56 de un lunes cualquiera, Mireia Belmonte atiende a AS en Sierra Nevada, a 2.300 metros de altura. Acaba de comer después de hacer cardio, más de dos horas de natación y una hora de gimnasio. El tiempo le escasea a la nadadora de la UCAM, que cuenta los minutos para descansar antes de otra sesión de tarde al límite. No frena la badalonesa, que tiene un nuevo reto en Budapest. Mireia se acomoda en los sofás del bar de la primera planta, coge aire y reflexiona sobre el futuro más próximo y ese camino que le lleva a Tokio 2020. Mañana viaja y el domingo arranca con otro programa exigente. El cronómetro del Mundial ya está en marcha.

—¿En qué le ha cambiado la vida después de lograr el oro olímpico?

—El gran cambio ocurrió después de los Juegos de Londres, en 2012. Aquello fue como una explosión. Pero el oro de Río no me ha cambiado nada, ni a nivel social ni mental. Sigo siendo la misma, y continúo tomándome la natación como siempre.

—Ha repetido que este año no empieza un ciclo nuevo, sino que prosigue el de los Juegos de Río. ¿Tiene entre ceja y ceja conseguir el oro en este Mundial?

—-Después de los Juegos tuve dos meses de vacaciones, pero no quería hacer más porque sabía que luego me iba a costar entrar de nuevo en la dinámica de grupo. Quería aprovechar el buen trabajo que hice preparando Río para este Mundial, y quizás sí sea el año que viene, que es época de Europeo, cuando decida tomármelo de más descanso. El Europeo es importante, pero mirando con perspectiv­a estos cuatro años sería el que menos. —¿Qué supone para usted ser campeona del mundo en piscina olímpica? —Es lo que le falta a mi palmarés para cerrarlo. Me quedan dos cosas por hacer: el oro mundial y un récord del mundo en piscina de 50. Si logro lo primero, y toco madera, no puedo conseguir más en el mundo de la natación. Si me cuelgo ese metal, cierro mi medallero. —Para ello deberá ganar una prueba en el Mundial de Budapest. ¿A qué le suena la palabra Budapest?

—Allí disputé en 2006 mi primera competició­n con el equipo absoluto, tenía solo 15 años, y fue muy especial. Recuerdo aquel año que fue muy intenso, porque también competí en el Mundial júnior después, en Río curiosamen­te. De aquel Europeo me acuerdo de ver a Manaudou (Laure), que estaba en la cresta de la ola, y a otras estrellas que veía por la televisión y que en aquel momento pude competir a su lado. Fue muy difícil, pero una gran experienci­a. Fue mi primera toma de contacto con la natación real y profesiona­l. —Hungría es una potencia acuática. ¿Qué rasgos tienen ellos que no tenga España? —Cada país tiene su cultura y no puedes obligar a la gente a que haga o vea un deporte concreto. Creo que Hungría tiene una mentalidad muy abierta para todas las actividade­s,

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