AS (Aragon)

Un Clásico sin cadenas

El Barça manejó mejor un partido sin defensas

- LUIS NIETO

Fue un Clásico para la galería, muy al gusto americano, vestido de all-star. No esperen nada parecido en la Supecopa, pero alegró la tarde de Miami y la madrugada en España. Dos defensas de carnaval, un tiroteo larguísimo y magnífico y un justo vencedor, el Barça.

La reunión de un equipo que salió a malentrena­rse y otro que buscó lucirse tuvo un efecto demoledor para el Madrid en el inicio. A estas alturas la plantilla debe saber que el club no puede vivir de su museo ni un verano. Fue un desmayo tremendo el del Madrid. En doce minutos el Barça le había hecho dos goles y dos ocasiones claras. Un error de cálculo de Ramos levantó el telón del 0-1, de Messi. Y de inmediato, una arrancada en la izquierda de Neymar acabó en la bota derecha de Rakitic después de algunas peripecias. Fue el 0-2. Sonaron olés, que en fútbol es música de baile.

Y de repente hubo partido. Sucedió de modo imprevisto, en una arrancada de Kovacic. Mandó a la lona a Piqué con un recorte y a Cillessen con un derechazo. Todo sucedió a espaldas de Bale, que es ahora un futbolista deprimido, quebradizo, insustanci­al. Su moño se paseó sin rumbo por Miami durante la primera mitad

Fallón El Madrid igualó el 0-2 de salida, pero le mató su descuido atrás

y espabiló, sin deslumbrar, cerca del final. Si Tebas buscaba un buen spot de su Liga en el partido, dio por bien empleado ese alocado y veraniego arrebato de área a área en el que se manejó mejor el Barça.

Y es que el Madrid hizo balconing atrás, más de lo que dijo el marcador. Y celebró marcharse con un empate al descanso. Fue Asensio quien le llevó hasta él en un contragolp­e que inició como un velocista y culminó como un veterano. La imprudenci­a en las dos orillas dejó un partido irreal pero entretenid­ísimo.

Cambió más Zidane que Valverde en el descanso. Se marcharon los dos centrales en el Madrid, llegó Isco y Bale se arrimó a la izquierda, su suerte natural. Una sacudida que no sacó al equipo blanco de su desvarío atrás. A los cinco minutos, Piqué ponía de nuevo por delante al Barça en un envío de Neymar que nadie defendió ni con la vista. Luego el Madrid salió de las cuerdas a puñetazos, porque también llamó a la puerta de Cillessen, que frenó a Marcelo e Isco dos veces.

El último cuarto de hora quedó definitiva­mente desfigurad­o por los cambios. A los suplentes del Madrid ya no les dio para más en este Clásico sin costuras. En la Supercopa se consentirá­n mucho menos. Pero tendrá más encanto.

 ??  ?? DESPISTE. El 2-3 llegó al comienzo de la segunda parte. Un despiste de la zaga madridista permitió a Piqué, solo, batir a Keylor, en el suelo.
DESPISTE. El 2-3 llegó al comienzo de la segunda parte. Un despiste de la zaga madridista permitió a Piqué, solo, batir a Keylor, en el suelo.
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