Es de noche, pero hay luz
El Zaragoza sólo lleva cuatro puntos, pero su fútbol, su técnico y sus futbolistas han merecido bastante más
La desgracia sacudió otra vez al Zaragoza, que no supo sostener en Lugo sus méritos —más que suficientes— para haberse traído una victoria o, al menos, un empate, y queda malparado en la clasificación, con muchos números para acabar la jornada en posición de descenso. Un duro golpe para un grupo nuevo e interesante, pero que necesita de los resultados para sostener su crecimiento. Y una enorme frustración para una parroquia, el zaragocismo, que creyó ver otra vez la luz con esos dos triunfos consecutivos frente al Córdoba y el Granada en la
Copa.
El equipo de Natxo González ha exhibido en este comienzo de temporada más luces que sombras, o dicho de otra forma, tiene más fútbol que puntuación, pero ha cosechado tres derrotas en cinco partidos y presenta un balance de cuatro míseros puntos, igualando su peor hoja de servicios en un inicio de campeonato en
Segunda División, aunque en las campañas 1934-35, 194546 y 1954-55 el triunfo sólo se premiaba con dos puntos.
En otras circunstancias, el entrenador ya estaría en el disparadero y el director deportivo no escaparía a las primeras críticas, pero si algo no puede permitirse este club en este momento es que alguien de dentro pierda la calma o que desde fuera se dispare sin contemplaciones contra todo bicho viviente. Ni se lo puede permitir ni sería justo. La cruda realidad es que el Zaragoza sólo tiene cuatro puntos y está en el fondo en la tabla, pero a diferencia de todas las crisis de estas últimas temporadas en Segunda hay equipo para creer y para crecer. Hay un entrenador que sabe lo que se lleva entre manos, por más que hasta ahora no haya logrado repetir sus éxitos defensivos, hay futbolistas muy notables, como
Si algo no puede permitirse este club es que alguien de dentro pierda ahora la calma
Borja Iglesias, Febas, Benito o Cristian Álvarez, destinados a marcar la diferencia, y hay una plantilla joven, con ilusión y plenitud física, al que se le adivina un techo importante. El equipo comete errores y tiene problemas para controlar los partidos con el marcador a favor, pero sus virtudes, individuales y colectivas, también son indiscutibles, por más que ahora mismo todo parezca un paso atrás.
Sí, el Zaragoza sólo lleva cuatro puntos en cinco jornadas y mañana puede estar antepenúltimo, pero su fútbol y sus futbolistas están por encima de esta pesadilla y en cualquier momento pueden romper en una racha exitosa y prolongada.
En su momento más difícil hasta ahora en el Zaragoza, Natxo González exhibió en la sala de prensa del Anxo Carro un temple y una confianza que no parecen gratuitos, ni una pose obligada. “El fútbol ––advirtió el técnico–– nos dará lo que realmente merecemos a final de temporada. Le pido a la afición que confíe en este grupo porque este grupo nos va a dar muchas alegrías”.