Su poderío se basa en un trabajo que necesita jugadores especiales
de la bisagra de su sistema. Gabi posiblemente sea el único capitán de un finalista de Champions que nunca ha sido internacional absoluto con su Selección, lo que ejemplifica que los gustos del Cholo son muy particulares.
Ante el Barcelona se vio a un Atlético muy reconocible. Logró crear varias ocasiones claras tras una presión perfecta y provocando pérdidas comprometidas del rival en su propio campo; se adelantó con un destello de calidad pero, sobre todo, de la determinación y la profundidad de la que hablábamos al inicio del artículo; se parapetó junto a su portero anulando el ataque del líder, Messi incluido; esperó su oportunidad a la contra, que no llegó por falta de frescura en las piernas pero que ya llegarán…
Ese es y será el Atleti de Simeone en estos partidos. La emoción la encuentra la afición en un esfuerzo constante y un descaro inteligente, jamás suicida. Fórmula que, ya se ha demostrado en multitud de ocasiones, es capaz de desquiciar y aniquilar a cualquier equipo. Pues para todo esto se necesita a unos centrocampistas muy específicos, con los que ya cuenta y de los que el entrenador argentino está enamorado.
Claro que el club rojiblanco podría jugar diferente, pero eso hay que pedírselo a otro proyecto con otro general al mando. Ahora, Simeone está más preocupado por los varios goles encajados en este inicio de temporada tras centros laterales o que las contras no llegan a salir fluidas que en si su equipo tiene que mejorar la posesión para someter al rival.
Y trabajan constantes y confiados en que la velocidad de crucero de la intensidad que imponen en sus partidos les volverá a colocar entre los candidatos a todo cuando llegué el desenlace de la temporada. Todo parte de los centrocampistas.
Éxito
Carlos Matallanas es periodista, padece ELA y ha escrito este artículo con las pupilas.