AS (Aragon)

Los ‘Spurs’ siempre afinan con los elegantes Rowe Le impulsó desde Segunda a la cima de la Liga en 1951

- SANTIAGO SEGUROLA

Jugadores Jimmy Greaves, Blanchflow­er, Hoddle, Villa, Ardiles, Modric...

El Tottenham Hotspur siempre ha mostrado peculiarid­ades propias y ha mantenido su prestigio por la capacidad que ha tenido para formar o atraer a varios de los jugadores con más clase del fútbol británico.

Han pasado 56 años desde que el Tottenham Hotspur ganó su último título de campeón de liga, una eternidad para un club de su categoría, uno de los más reconocido­s del fútbol inglés. Su poder de convocator­ia radica fundamenta­lmente en Londres, en el norte de la ciudad, de manera más específica. En ese territorio ha dirimido su liderazgo con el Arsenal, su adversario tradiciona­l desde que el fútbol es fútbol en Inglaterra. La sequía de los Spurs se hace más evidente aún frente a la estadístic­a del resto de los grandes clubes ingleses: todos (Manchester United, Liverpool, Arsenal, Everton, Newcastle y Chelsea, por citar a los más clásicos) han ganado alguna edición de la liga desde 1962. Sin embargo, el Tottenham ha mantenido su prestigio por la capacidad para formar o atraer a varios de los jugadores con más clase del fútbol británico.

Aunque nadie le rebajará de su condición de buen representa­nte del estilo inglés, el Tottenham siempre ha mostrado peculiarid­ades propias. En buena medida, todo comenzó con Arthur Rowe, el técnico que le impulsó desde la Segunda División

en los años 40 a la cima de la liga inglesa en 1951. Fue el primer título de campeón de los Spurs, presidido por el célebre ‘push and rush’ que predicaba Rowe, un antiguo jugador del club londinense que se había instalado brevemente en Budapest antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Durante su estancia en Budapest conoció los secretos de la escuela húngara, que haría furor después de la contienda.

El famoso ‘push and run’ de Rowe podría definirse como el ‘toco y me voy’ argentino, es decir, el juego de pase, a través de las paredes y el dinamismo de los jugadores. Era la elegante antítesis del ‘kick and run’ (pateo y corro adelante) que ha caracteriz­ado al fútbol inglés. La fórmula fue perfeccion­ada una década más tarde por Bill Shankly en el Liverpool, pero en el Tottenham siempre permaneció el sabor del buen gusto y, sobre todo, de los jugadores de clase.

Tres años definieron la edad de oro de los Spurs: 1961, 1962 y 1963. Alrededor de un mítico grupo de jugadores, el equipo ganó en 1961 el primer doblete en la historia del fútbol inglés. Bill Nicholson, sucesor de Arthur Rowe, dirigía a un Tottenham con personalid­ad y astucia. Varios de aquellos futbolista­s dejaron una huella indeleble. El escocés Duncan McKay fue un doble mito, primero en los Spurs y una década más tarde en el Derby County que dirigía Brian Clough.

Jimmy Greaves, el pequeño pero sensaciona­l delantero centro, había deslumbrad­o de juvenil en el Chelsea, pero fichó por el Tottenham después de un breve paso por el Milán.

Greaves, fino, habilidoso y letal en el remate, fue junto a Bobby Charlton el jugador inglés más conocido de su tiempo. “Marca los goles con la misma suavidad con la que se cierra la puerta de un Rolls Royce”, escribió Geoffrey Green, el gran maestro de las crónicas de The Times.

La otra gran figura era un irlandés del norte que se distinguía más por su inteligenc­ia que por sus facultades físicas. Era el inolvidabl­e Danny Blanchflow­er, el jugador que más y mejores frases ha dejado para la posteridad. “La gran mentira es que el fútbol sólo consiste en ganar. No es cierto. Este juego trata de la gloria, de hacer las cosas con estilo y emoción, en salir al campo para imponerse al rival, no para esperarles y matarlos de aburrimien­to”, escribió en una de sus abundantes colaboraci­ones en la Prensa inglesa.

Aquel equipo fue el primer británico que ganó un trofeo europeo. Derrotó 5-1 al Atlético de Madrid en la final de la Recopa de 1963. Desde entonces, las decepcione­s fueron mayores que las alegrías, pero siempre con un ojo exquisito para detectar a jugadores de clase, muchos de ellos cuestionad­os en Inglaterra por su exceso de frialdad. Glenn Hoddle

fue uno de ellos. El magnífico Chris Waddle llegó del

Newcastle, lo mismo que Paul Gascoigne. Modric se hizo figura en White Hart Lane, como

Gareth Bale, procedente del Southampto­n. A esta lista se añaden Osvaldo Ardiles y Ricardo Villa, los primeros jugadores argentinos del fútbol inglés. Al Tottenham siempre le ha gustado el toque de clase, aunque siempre ha terminado por desprender­se de sus mejores jugadores. Estos Spurs de Pochettino mantienen la tradición. Los ojos del Bernabéu

estarán puestos hoy en Harry Kane y el danés Eriksen (Dele Alli está sancionado), dignísimos representa­ntes todos de la gran escuela del Tottenham.

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 ??  ?? CAMPEÓN. El Tottenham que se proclamó ganador de la liga inglesa en la temporada 1960-61.
CAMPEÓN. El Tottenham que se proclamó ganador de la liga inglesa en la temporada 1960-61.

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