De repliegues y repliegues en el fútbol
El Real Zaragoza tuvo que defenderse con uñas y dientes durante prácticamente toda la segunda parte frente al Osasuna, y no han faltado los que han recriminado a Natxo González un planteamiento ultradefensivo tras el descanso, como si el técnico hubiera tirado intencionadamente de una cuerda para echar a su equipo atrás. Y ese es un tópico que hay que desmontar, al menos en este caso concreto, por superficial y, sobre todo, injusto. Porque cuando un equipo no tiene la pelota, o cuando la tiene y la pierde muy fácil, como fue el caso del Zaragoza tras el descanso, y, además, el contrario, como fue el caso del Osasuna, sabe qué hacer con ella, los jugadores, de forma inconsciente, van reculando para proteger su portería. Y si no acaba de salir bien, la culpa siempre parece del técnico.
Yaquí viene al pelo lo que sucedió en 1954 con Mundo, temperamental entrenador del Zaragoza. Harto de las críticas sobre su sistema defensivo, Mundo explicó detallada e irónicamente su concepto de repliegue en un artículo en el desaparecido semanario Zaragoza Deportiva: “Significa echar atrás algún elemento de las líneas media o delantera para reforzar la cobertura, y puede ser de dos formas, por capricho del entrenador o por juego superior del contrario. Creo conocer otra forma de repliegue, que consiste en darle un giro al brazo mediante un movimiento del músculo pronador, quedando la palma de la mano hacia atrás; luego se dobla ligeramente el codo quedando la mano en forma de cazo. Esta forma de repliegue la desterró el señor Alierta cuando se hizo cargo del club".