El Ford Fiesta es más tecnológico que nunca
La nueva generación del popular utilitario aporta soluciones que hacen más cómoda y segura su utilización, incluyendo un eficiente motor de gasolina de sólo tres cilindros
No puedo evitarlo. Cada vez que me pongo al volante de un Ford Fiesta actual, recuerdo el que me sirvió para aprender a conducir a mediados de los 80, tanto en la autoescuela como el primero que utilicé en mi familia. Y también pienso en cuánto hemos cambiado, en todos los sentidos y, casi siempre, a mejor. Porque comparar la séptima generación del popular utilitario con aquella de tres décadas atrás es un auténtico viaje en el tiempo...
El nuevo Fiesta, como es fácil adivinar, es más tecnológico que nunca y las ventajas que sus diferentes soluciones aportan a la conducción se presentan como una de sus principa- les señas de identidad. Luce detalles que hasta hace no mucho eran exclusivos de coches de segmento superior: frenada de emergencia en ciudad, cambio automático de luces cortas a largas, detector de ángulo muerto en los retrovisores, asistencia al aparcamiento, alerta de cambio involuntario de carril, un avanzado equipo de conectividad...
Todo ello disponible en un interior de calidad más que correcta, muy al estilo de la marca, y con una habitabilidad que no es la mejor de su segmento ( pese a que el coche ha crecido en longitud) pero sí suficiente para cumplir con las exigencias de un usuario medio, incluyendo un maletero que supera los 300 litros.
Otra de sus particularidades es el motor de gasolina Eco-
Boost, la apuesta de la marca por propulsores de pequeña cilindrada ( en este caso, un litro) y sólo tres cilindros, pero que gracias a la turboalimentación alcanzan rendimientos tan convincentes como los 125 CV de la versión que nos ocupa. Con ello se persiguen unas prestaciones brillantes en los momentos de exigencia combinadas con la eficiencia propia de su reducido cubicaje.
Se aprecia el resultado especialmente en ciudad o en una conducción relajada, cuando los consumos son más ajustados. Pero sí se pisa con mayor determinación el acelerador, la respuesta es briosa y permite rodar a buen ritmo, entre otras cosas gracias a una plataforma muy bien puesta a punto y apta para potencias bastante superiores.