Canario: un brasileño con juego europeo
■ Jugó en el Madrid de 1959 a 1962. Extremo derecha de mucha calidad, disputó 34 partidos con el Madrid (siete goles, seis en Liga y uno en la Copa de Europa). Ganó con el equipo blanco dos Ligas, una Copa de Europa y una Intercontinental. Pero Canario no se parecía tanto a lo que se conocía como el jogo bonito brasileño de la época, era más un futbolista de esfuerzo y potencia. Canario pasó a la historia como el siete de la delantera que ganó la mejor final de la historia de la Copa de Europa, el 7-3 al Eintracht, en Hampden Park, en 1960. Luego fue a Zaragoza, Sevilla y Mallorca. —Falso. Didí no se aclimató nunca al frío y tampoco su señora le ayudó mucho… Un día jugábamos en un Bernabéu helado. Al acabar el encuentro se fue corriendo al baño a poner sus manos congeladas en agua caliente. Pruden le pegó un grito reprochándoselo porque eso era síntoma de flojera. El pobre se quitó las botas y tenía los pies encogidos por el frío.
—Estuvo tres años en el Madrid.
—Hubiera querido seguir. Tanto que hasta tengo en Zaragoza una peña madridista con mi nombre, La Quinta de Canario, lo que supone un gran orgullo.
—Formó parte de aquel once histórico del 7-3 al Eintracht: Del Sol, Canario, Di Stéfano, Puskas y Gento.
—Fue todo como soñar despierto. Hampden Park no era como ahora. Más de 130.000 personas, las cámaras de televisión ni cabían…
—Cuatro goles de Puskas y tres de Di Stéfano. Le dejaron poco a usted.
—No se crea. Di a Di Stéfano la asistencia en su primer gol, y en otro de los que metió fue tras aprovechar el rechace por un disparo duro. Ahora en los medios dirían que di dos asistencias (Risas).
—¿Tiene otro gran recuerdo?
—La Intercontinental de 1960 ante Peñarol. Jugué la ida en Montevideo, con un campo muy embarrado por la lluvia. 0-0. Después me lesioné para la vuelta y jugó Herrera. Les metimos cinco en la mayor exhibición en el Bernabéu que recuerde.
Rivalidad “Éramos los mejores del mundo; nos tenían un poco de envidia”
—¿Qué recuerdos tiene de los derbis que le tocó vivir?
—Era nuestro gran rival en España, no el Barça. Yo tenía un vínculo familiar con ellos. Ramiro, jugador brasileño del Atleti, era el padrino de una hija mía nacida en Madrid. En realidad el Atleti iba a fichar a su hermano Álvaro, pero al final le ficharon a él.
—¿Por qué el Atleti les daba tanta guerra? Incluso les ganaron algunas finales de la Copa del Generalísimo…
—El Madrid era mejor en todos los aspectos. Mejor equipo de Europa, mejor equipo del mundo… Para el Atleti ganarnos suponía todo. Nos tenían un poquito de envidia. Recuerdo un derbi en el Bernabéu en 1961. Yo jugué de inicio y les metimos 3-1. Creo que Puskas metió dos goles y Del Sol otro. El del Atleti fue de Griffa. Les pasamos por encima.
—Usted ya jugó en el Metropolitano… pero en el antiguo.
—Sí, un campo muy peculiar, metido en una hondonada. Era lo que tocaba.
—El del Wanda será un derbi diferente.
—Sólo por el escenario. Pero por el fútbol será como siempre. Partimos en superioridad porque somos mejores que ellos. Lo siento mucho porque tengo buenos amigos atléticos, pero voy con mi Madrid y sé que no nos va a fallar.
—Haga una porra para este derbi.
—0-2. Los goleadores me dan igual. Lo importante es que Casilla no encajará ningún gol y nosotros enchufaremos dos.
—Así sea, amigo.