El Zaragoza se suicida ante un Cádiz embalado
Verdasca fue expulsado en el 28’ por menospreciar al árbitro y Cristian, en el 68’ por tocar al balón con la mano fuera del área
El Cádiz también ganó en La Romareda y prosigue su impresionante racha victoriosa. Seis triunfos consecutivos que le siguen acercando como un cohete hasta lo más alto de la clasificación. Todo lo contrario que el Real Zaragoza, que acabó con nueve por las expulsiones de Verdasca —imperdonable su descalificación al árbitro— y de su portero Cristian Álvarez, y que culmina una vergonzante hoja de servicios en su estadio en este 2017 para olvidar. Esta vez el equipo aragonés vendió muy cara su derrota en casa y, gracias a su espíritu, puso en aprietos a su rival en el tramo final del partido, pero el 0-2 le deja otra vez muy lejos de todo.
El Cádiz, afilado por esas dos balas humanas que son Salvi y Álvaro García, entró mejor al duelo y obligó al Zaragoza a correr un cuarto de hora largo detrás del balón y a acelerarse en exceso con varias entradas destempladas.
En el minuto 28 el partido se le puso cuesta arriba al Zaragoza con la autoexpulsión de Verdasca. El central portugués protestó airadamente una acción sobre Febas, vio por ello la cartulina amarilla y en la misma cara del árbitro Córdero Vega le dijo: “Eres muy malo”. Tarjeta roja directa, entre la reprobación del capitán Zapater, que dejó al equipo aragonés en inferioridad numérica con una hora de partido por delante. Un comportamiento intolerable en un profesional, que le va a costar a Verdasca una sanción importante y una multa disciplinaria del Zaragoza.
Natxo González parcheó momentáneamente la situación retrasando a Zapater, pero a los siete minutos, y en vista del acelerón del Cádiz, sacrificó al brasileño Vinícus y dio entrada a Jesús Valentín. El Zaragoza se volvió más compacto y solidario con diez y logró dormir el encuentro hasta el descanso.
El Cádiz hizo diana al inicio de la segunda parte, al aprovechar Álvaro García un pase espléndido del francés Abdullah entre los centrales. Y el gol encaminó definitivamente el partido hacia la victoria amarilla.
El Zaragoza tuvo unos minutos de reacción furiosa, con más corazón que fútbol, pero se acabó enterrando vivo con la expulsión de Cristian Álvarez por llevarse el balón con la mano fuera del área ante Carrillo. Un error incomprensible en una acción sin aparente peligro. Quedaban veinte minutos para el final y el equipo se quedaba con nueve. Si ya estaba todo encarrilado, la tarjeta roja a Cristian lo acabó de poner imposible.
A la desesperada Natxo González dio entrada al agitador Toquero por Zapater y el Zaragoza peleó hasta el final por el empate, dando hasta la última gota de sudor y obligando al Cádiz a unos minutos de sufrimiento con lo que no contaba. Pero a un minuto del tiempo reglamentario y con el equipo aragonés totalmente volcado, Romera culminó un contragolpe y cerró definitivamente el partido.
A falta de completar la jornada, el Cádiz duerme en la segunda plaza, a un punto del Huesca, con todo el viento de cola del mundo y la sensación de que ha puesto la directa hacia la Primera División.