Primera ‘final’ en Orriols para Levante y Leganés
Garitano llega con muchas bajas a un Ciutat en depresión
Aún no ha acabado la primera vuelta y ya estamos hablando de finales. Podría parecer un tanto extremista, pero es la realidad, tal y como llegan Levante y Leganés a este final de año y tal y como se les presenta lo que viene después. Sobre todo a los granotas, cuya cuesta de enero se puede llegar a hacer infernal con casi todos los cocos concentrados al principio de 2018.
Tres puntos separan ahora a ambos equipos, que están llevando, más o menos, unas vidas paralelas en esta Liga. Los dos empezaron muy fuerte y ahora flojean viendo ya los puestos de descenso más cerca de lo deseado. El problema para los de Garitano son las bajas. Complicado, incluso, hacer una convocatoria con el primer equipo. Le llega para lo justo, perdiendo además gente importante para esta última cita del año. Szymanowski, Gabriel, Mantovani, Tito... y alguno más. Mucho debe para el Lega. Muñiz, por contra, va recuperando gente tras su plaga de lesiones. Y con Lerma a pleno pulmón, como ya demostró en Sevilla, y Bardhi, que se ha apuntado a última hora a la fiesta, se le queda un once más reconocible.
Crisis. El problema para los granotas es que en casa se bloquean. Desconexión total. El Ciutat ha pasado de ser un fortín a ser el chollo para los rivales. Desde el 21 de septiembre han ido mojando todos los que han pasado por allí. Y de hacerlo hoy también el Leganés la cosa se pondría más que fea para los azulgranas. Los madrileños andan como su rival, buscando el optimismo y las buenas sensaciones mostradas al principio y que de repente vuelven a aparecer en momentos puntuales, pero que luego acaban volviendo a la realidad.