Al final, el Barça tenía un plan...

Golpeado este verano por la huida a París de Neymar, el Barça encontró relativamente pronto la solución. Sólo había un problema. El vacío futbolístico era tan gigante que sólo podía ser rellenado por dos jugadores. Dembélé pondría sus piernas y su regate. Coutinho, su capacidad de entendimiento del juego y asociación. El Barça también puso cuidado en un asunto. Con Iniesta camino de los 34 años y Suárez o Messi rebasando la treintena, había que fichar juventud. Dembélé, 20 años y 145 millones de euros, ha estado tres meses y medio lesionado y todavía anda dando tumbos, pero viene de ser elegido Jugador Revelación de la Bundesliga. Coutinho tiene 25, fue Samba de Oro el año pasado por delante de Neymar y ha estado en la última en la lista de 30 finalistas del Balón de Oro.

Al final, el Barça tenía un plan. Si los fichajes resultan y completa la trilogía con el de Griezmann en verano, le habrá ganado al futuro. Otra cosa es el precio. En un club asfixiado por los salarios (que copan el 84 por ciento), los traspasos de Coutinho y Dembélé suman 305 millones por 222 de Neymar. Messi acaba de renovar, ahora deben hacerlo Piqué, Sergi Roberto y Umtiti y a la cola está el faraónico Espai Barça, 600 millones. Bartomeu, de tradición poco cruyffista, ha decidido poner el dinero en el campo.