Pombo le da al Zaragoza el triunfo de la tranquilidad
Borja Iglesias mandó al poste un penalti en el minuto 55
El Zaragoza de Natxo González volvió a ganar cuatro jornadas después y se liberó de muchas de sus urgencias. Era un partido fundamental para el equipo, y en especial para su entrenador, con el crédito menguado, y lo sacó adelante quizá con su mejor fútbol de la temporada. Sin embargo, el marcador no le hizo justicia ni a su juego ni a su superioridad, porque el Zaragoza disfrutó de media docena de claras ocasiones y hasta de un penalti que Borja Iglesias estrelló en un poste. Sólo Pombo, providencial, hizo diana, por lo que el pleito estuvo en el aire toda la noche y no faltó el acostumbrado sufrimiento en La Romareda.
Natxo mantuvo su apuesta por el trío Eguaras, Ros y Guti, aunque los ordenó está vez en rombo, dando entrada a Febas en el vértice superior, como enlace de Pombo, liberado de cualquier misión defensiva, y de Borja Iglesias. Y el equipo ofreció pasajes muy interesantes, además de velocidad y de verticalidad. Fue superior al Tenerife casi siempre, pero no acertó a rematar a su rival.
El Zaragoza salió al galope, dispuesto a resolver el partido por la vía rápida, y metió al Tenerife en su área a base de ambición, de ritmo y de fútbol combinativo. Borja Iglesias, que reaparecía en la punta del ataque, animó la delantera, asistiendo y rematando. El ‘9’ cocinó junto a Eguaras la jugada del 1-0, una acción que culminó Pombo a los seis minutos con un imponente disparo ajustado al poste desde fuera del área, y sólo el infortunio le privó de irse al descanso con un par de goles en su cuenta particular.
Borja Iglesias afiló al Zaragoza, pero fueron Eguaras, Raúl Guti y Febas, en su mejor versión, los que armaron y condujeron el juego rápido y preciso que exhibió entre la lluvia y el césped pesado el equipo de Natxo González.
El Tenerife, que perdió por lesión a Aveldano y a Juan Villar en esta primera parte, estuvo a merced del Real Zaragoza durante media hora, sin acercarse una sola vez a la portería de Cristian Álvarez. Y sólo en el tramo final puso en algún aprieto al argentino, especialmente en un cabezazo picado del serbio Malbasic.
El propio Malbasic fue el encargado de meterle el miedo en el cuerpo al Zaragoza en el inicio de la segunda mitad, aunque el equipo aragonés se hizo rápidamente con el mando y volvió a ofrecer media hora de fútbol muy notable, con cuatro oportunidades muy claras, incluido un penalti que Borja Iglesias mandó al palo en el minuto 55. Ese fallo y una tarjeta muy rigurosa en su pugna con el central Alberto, que supone cumplir ciclo de amonestaciones, desquiciaron al goleador del Zaragoza, que ya no dio una a derechas hasta el final del partido.
Raúl Guti, sobresaliente, Javi Ros y Pombo tuvieron también la sentencia del encuentro en diez minutos de ataques continuados, pero al equipo aragonés le sigue faltando acierto en el área rival. Hizo muchos méritos, pero sólo marcó un gol, lo que mantuvo vivo al Tenerife hasta el último instante.
El conjunto de Martí, plagado de ausencias y con la desgracia añadida de quedarse sin Aveldaño y Villar antes de la primera media hora, estuvo casi siempre a merced del Zaragoza, pero lo ajustado del marcador le permitió pelear hasta el final por el empate.